LAS TERTULIAS CULTURALES DEL CAFÉ 56

¿Se puede vivir de la pintura en Castelló?

El Café 56 reúne a tres reconocidos artistas para analizar cómo les afecta la crisis. Griñó, Vernia y Bolumar ofrecen su perspectiva sobre la posibilidad de compaginar devoción y profesión en nuestras comarcas

María Griñó, Ana Vernia y Luis Bolumar

María Griñó, Ana Vernia y Luis Bolumar

M. M.

Luis Bolumar abandonó su trabajo en la céntrica peluquería que regentaba con su hermano tras más de treinta años de compromiso y esfuerzo, y lo hizo para cumplir su sueño: abrir su propio taller de pintura en la calle Caballeros de Castelló. Ana Vernia, farmacéutica de formación, hizo algo parecido y abrió su gabinete pictórico en la calle Mealla, en plena judería castellonense. Ambos se dedican en cuerpo y alma a la pintura, al igual que María Griñó, que trabaja en su taller de la Segona Travessera del Grau de Castelló.

Si hay tres artistas plásticos que pueden vivir de su arte, si por vivir entendemos ganar el suficiente dinero como para no tener que dedicarse a ninguna otra tarea y aún así poder pagar la hipoteca, son ellos tres. Pero… ¿es eso cierto? ¿Se puede vivir de la pintura, la escultura o la fotografía artística en una capital de tamaño medio como Castelló?

De eso, y de muchas otras cuestiones, se habló ayer, en la primera tertulia del Café 56, que si bien aún no tiene el abolengo de las tertulias madrileñas en el Café Gijón de principios del siglo XX, cosa que tampoco pretende, apuesta por convertirse en un punto de encuentro semanal para escritores, pintores, fotógrafos, restauradores, emprendedores, deportistas, escultores e incluso poetas, entre muchos otros.

«El mercado es global y desde cualquier lugar se puede acceder al arte que se realiza en esta provincia»

María Griñó

Después de degustar un arroz de verduras, un arrossejat y unas ensaladas templadas, cuidadosamente elaboradas por el equipo profesional de Café 56, y tras un par de generosas copas de buen verdejo, la conversación ganó fluidez, sin perder ese halo melancólico que envuelve casi siempre a todo creador artístico.

Según Griñó, se puede vivir del arte, entendiendo que el mercado no es local, sino global. «Se puede vivir en Castelló, o en cualquier otra ciudad, pero internet es global, el mercado es global y, desde cualquier lugar de España, se puede acceder al arte que se realiza en esta provincia», comenta.

«Nadie pregunta a un médico si puede vivir de su profesión. Hay un desapego entre el artista y la sociedad»

Ana Vernia

Bolumar apunta que, para vivir de la pintura y la escultura, «primero hay que trabajar mucho». «Un artista debe trabajar durante años para crearse un nombre, una marca, y ganarse al público. Una vez logrado esto, puede llegar a vivir de su trabajo», dice.

Para Vernia, la pregunta no es del todo adecuada. «Nadie pregunta a un médico, arquitecto o abogado si puede vivir con el ejercicio de su profesión. En diferentes países de nuestro entorno nadie se plantea algo así. Pero en España es habitual preguntar a un pintor, escritor o músico si puede vivir de su trabajo. Esto se produce en cierta medida por el desapego entre el artista y la sociedad en general. Y existe un gran desconocimiento al respecto», reflexiona.

«Todavía se regala arte porque sigue ligado a cierto sentimiento que conjuga lo intelectual con lo emocional»

Luis Bolumar

Bolumar profundiza en este desapego, comentando que «hace medio siglo, muchas familias castellonenses crearon sus colecciones de pintura particulares, aprovechando la existencia de hasta quince galerías en la capital de la Plana pero, hoy, sus descendientes, ni continúan estas colecciones ni aprecian su valor, pues mayoritariamente están conformadas por obras clásicas», indica. «El arte conceptual se ha hecho fuerte en el mercado pictórico nacional del siglo XXI, de hecho la mayor parte de las ventas de pintura en ferias como Arco o Estampa son de piezas conceptuales».

Galerías

Los tres coinciden en que la ciudad de Castelló necesita más galerías de arte. Cànem permanece abierta, inasequible al desaliento, pero algo más de iniciativa privada y pública se echa en falta. Los talleres abiertos están de moda, y van a tener cada vez más presencia y relevancia en el mundo artístico, pero las galerías siempre serán necesarias.

La Navidad recién ha concluido, y los tres autores concluyen la tertulia reconociendo que diciembre es un gran mes para ellos. Afortunadamente, sentencian, todavía se regala arte en España en general y en Castellón en particular. Lo que significa, afirma Bolumar, que «el arte pictórico y escultórico sigue ligado a cierto sentimiento que conjuga lo intelectual con lo emocional».