Entrevista | Amparo Climent Actriz, cineasta y artista plástica

"Los jóvenes se sienten engañados después de ver 'Las cartas perdidas'"

"Todas son muy emocionantes. Son cartas de mujeres que iban a ser fusiladas", afirma

Amparo Climent.

Amparo Climent.

Carmen Lozano

Cuando se celebró el 80 aniversario del exilio español, la actriz, cineasta y artista plástica Amparo Climent decidió hacer un texto para homenajear y poner en valor la memoria de ese destierro a través de las mujeres. De ahí surgió el espectáculo teatral Las cartas perdidas, que luego se convertiría en un guión cinematográfico que dio lugar a la película Las cartas perdidas, la cárcel y el exilio de las mujeres republicanas porque, dice Climent, son historias que "merecían ser contadas en el cine". El éxito, al que también ha contribuido la cantautora cordobesa Lourdes Pastor con su canción Las 13 rosas, uno de los temas de la banda sonora del filme, ha sido inesperado y sorprendente para esta cineasta, que hoy recala en Córdoba, dentro de las jornadas culturales en torno a la memoria democrática organizadas por la Diputación, donde presentará, a las 18.00 horas, la puesta en escena de esta tremenda historia y mañana asistirá al coloquio posterior a la proyección de la cinta.

¿Qué ha supuesto para usted a nivel personal y profesional este proyecto?

Ha sido un antes y un después, tanto para mí como para mi carrera. Desde siempre tenía la idea de llevar a cabo un proyecto en el que el foco fuese la mujer republicana y qué pasó con ella, puesto que la historia, de alguna manera, se ha contado a través del sufrimiento de los hombres y se ha ignorado lo que pasó con la mujeres. 

Los cines se han llenado y dos meses después de su estreno se sigue programando esta película en Madrid. ¿Imaginaba este éxito cuando comenzó, en plena pandemia, con el rodaje de ‘Las cartas perdidas’?

No. Ha sido sorprendente y estamos alucinando. Lo importante es que hay un interés real en conocer la historia. 

¿Cómo llegaron estas cartas a sus manos?

Cuando yo me planteé este proyecto, el problema fue encontrar esas cartas porque hay muchas, pero es difícil conseguirlas. Nos sumergimos en los archivos del PCE, de la CNT y algunos franceses y poco a poco fuimos encontrando algunas, pero faltaban otro tipo de misivas para las que tuvimos que recurrir a los familiares. Llamamos a todas las asociaciones memorialistas y hubo personas que nos entregaron cartas de sus abuelas y parientes.   

 ¿Le emocionó en especial alguna de ellas?

Todas son muy emocionantes. Son cartas que escribieron mujeres que iban a ser fusiladas, que estaban sufriendo la cárcel después de sufrir la pérdida de sus familiares, en unas condiciones terribles. La mayoría son desgarradoras, pero también hay alguna combativa. Pese a todo lo que estaban pasando, pensaban en el futuro para sus hijos y su intención era seguir peleando y luchando. 

Los hechos que narra son de una gran intensidad emocional. ¿Cómo reacciona el público, sobre todo los jóvenes?

Es muy curioso. Algunos institutos han programado entre sus actividades el visionado de esta película y estos jóvenes reaccionan con incredulidad ante lo que están viendo, no les cabe en la cabeza que eso haya podido ocurrir en España. Se conmueven, se sienten identificados y, sobre todo, engañados con la historia porque no les han contado realmente lo que pasó. Y eso sirve de punto de inflexión para que ellos investiguen y conozcan más a fondo lo que fue el golpe de estado. 

Tanto en la película como en la obra teatral hay momentos que rompen el alma. ¿Cuáles le han sobrecogido a usted?

Hay varios, pero uno que especialmente me rompe el alma es el de una mujer que escribe desde un campo de concentración en Francia y cuenta cómo les están tratando, lo mal que lo están pasando y que temían que los matarían a todos. En la carta se respira esa terrible incertidumbre. Para mí, ese es un momento muy duro, en medio de la nada, en un país que, en principio, creían que los iba a acoger y que después los maltrató. 

Es evidente que la represión en España durante la contienda, y más aún en la posguerra, fue especialmente salvaje y cruel contra las mujeres, pero, salvo casos excepcionales como el de las Trece rosas, no se ha hablado mucho de ello. ¿Por qué anda tan mal de memoria este país?

La implicación en este horror de gran parte de la población fue tremenda. Se expoliaron los bienes de los rojos y muchas de las familias adineradas de España seguramente tienen ese patrimonio debido a ese robo de propiedades. Por otro lado, también hay muchos que estuvieron implicados en ese golpe de estado y quieren que pasemos página porque eso ya queda muy atrás, no quieren reconocer lo que ocurrió. Pero hay que recordar, conocer la verdad y reparar a las víctimas y a sus familiares.  

¿Qué les diría a quienes mantienen que no es bueno recordar el pasado porque, dicen, abre heridas?

Creo que el pasado es el futuro, y el futuro sin verdad, sin conocimientos, no existe. Es muy importante reconocer lo que pasó y asumir que en tu familia hubo gente golpista que tuvo una actitud que hay que considerar. Hay que conocer la historia, no pasa nada. Solo de esa manera podremos avanzar.

En el espectáculo teatral incluye cartas de mujeres lesbianas. ¿Se ha encontrado con algún caso documentado?

Sí, hay testimonios, aunque no he encontrado exactamente la carta. Pero a mí me parecía importante porque yo sí he conocido a mujeres ya muy mayores que eran lesbianas. Era un testimonio oculto porque si eso se conocía era lo peor que les podría pasar. Y esa carta que nunca escribieron se ha escrito para tenerlas presentes y dignificarlas. 

¿Cómo fue la selección de actrices para el proyecto cinematográfico? ¿Cómo reaccionaron ante esta propuesta?

Ese aspecto fue el más fácil de todos. Yo tenía muy claro qué actriz quería que interpretara cada una de las cartas y solo tuve que contactar con ellas y ofrecérselo. Todas me dijeron que sí sin dudarlo, desde las más reconocidas a las menos populares, pero todas son actrices de primera línea y todas ellas tienen un compromiso muy importante con la memoria.  

¿Cómo se enfrentan las actrices a esta puesta en escena tan desgarradora?

Lo cierto es que es difícil contener las emociones, una vez que empiezas te fundes con esa persona y no es fácil sacar el trabajo adelante. Pero en eso consiste ser profesional, aunque, evidentemente, hay momentos tan dolorosos en los que hay que acudir a nuestros recursos.

«Es difícil contener las emociones en el escenario, pero en eso consiste ser profesional»

La banda sonora de la película tiene sabor cordobés. ¿Cómo llegó a Lourdes Pastor?

Yo conocía el trabajo de Lourdes y sabía que se movía en este tema. Contactamos, le pedí esa colaboración e, inmediatamente, se metió de cabeza en el proyecto y compuso ese maravilloso tema, que se ha convertido en una canción de referencia para la memoria.  

Poco a poco las mujeres van tomando posiciones en todos los ámbitos. ¿Cómo ve el cine actual en este sentido?

Todavía nos queda mucho. Si se mira la lista de nominados a los Goya, hay pocas mujeres, por lo que tenemos que seguir peleando para buscar nuestro hueco dentro de la cinematografía. Hay mujeres extraordinarias a todos los niveles y poco a poco nos vamos haciendo un sitio, pero los productores siguen prefiriendo a un hombre. 

¿Se ha preguntado alguna vez cuan distinta hubiera sido la vida de varias generaciones de españolas si no hubiera sucedido nunca esa guerra civil?

Claro que sí. Teníamos las mujeres más comprometidas y más inteligentes y su aportación hubiese sido brutal para la sociedad. No sé donde estaríamos de no haber perdido toda aquella inteligencia, esa libertad, esos proyectos científicos y artísticos, pero seguro que en otro lugar muy distinto.

¿Qué le parecen estos encuentros en torno a la memoria democrática?

Son fundamentales para cambiar impresiones, para poner en valor qué es lo que queremos hacer, cómo vemos el futuro y de qué manera se puede seguir trabajando y aportando. Es una iniciativa, en este caso de la Diputación de Córdoba, que me parece fundamental.  

¿Seguirá ahondado en la memoria histórica a través de su trabajo?

Sí. Es inevitable. Una vez que te metes en este tema solo tienes ganas de seguir conociendo más y más, sobre todo cuando conoces a las familias y sus historia, y, afortunadamente, el cine es un medio importantísimo y directo para la gente.

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