Patricio Hidalgo, el ‘pintaor’ flamenco nacido en Ibiza

El artista ibicenco ha retratado con su trazo rápido y lleno de movimiento, a algunos de los principales cantaores y bailaores en su libro ‘Figuras flamencas’

Patricio Hidalgo.

Patricio Hidalgo. / EFE

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Los dibujos y las pinturas de Patricio Hidalgo (Ibiza, 1979), creador polifacético y multidisciplinar, son vanguardistas y populares, abstractas y figurativas, pero siempre buscan plasmar la esencia del arte flamenco y el carácter de los artistas flamencos, quienes han terminado calificándolo de ‘pintaor’.

Hijo de guitarrista aficionado, Hidalgo vive entre Sevilla y La Puebla de Cazalla (Sevilla), localidad que es un reducto del flamenco más profundo, y él mismo quiso ser bailaor y guitarrista -su maestro, en Morón de la Frontera (Sevilla) fue Paco del Gastor- hasta que la vida lo puso en la disyuntiva de elegir entre "la guitarra o los pinceles".

Sus obras se distinguen por la velocidad de ejecución, más que la fisonomía le interesa el gesto: "Es como cuando vas por la calle y reconoces a alguien por un gesto, no por su figura; el movimiento es lo que da vida", dice el artista que, para retratar a los artistas que ya no pertenecen al reino de los vivos, recurre a vídeos en busca de sus "gestos", de su estilo, de su carácter.

Una vez, en una gira por los Países Bajos con la compañía ‘Expeditie Flamenco’, los propios artistas, a los que acompañaba dibujándolos durante sus actuaciones, le hicieron subir al escenario y le pusieron un caballete para que pintara la escena a la velocidad del ritmo flamenco, tras lo cual él mismo se arrancó con unos pasos de baile, causando el delirio entre el respetable.

Al acabar aquella actuación, que no ha querido repetir, una bailaora neerlandesa de la compañía le dijo: "Tú no eres pintor, tu eres ‘pintaor’", y desde entonces Patricio Hidalgo ha adoptado una definición que ha puesto en lugar preferente en ‘Figuras flamencas’ (Libros de la Herida y Entorno Gráfico), volumen de gran formato que reproduce casi doscientas de sus obras en las que retrata varias generaciones de flamencos.

El duende

"En el flamenco hay aspectos folclóricos, románticos y costumbristas y ha hecho que muchas veces se haya quedado en la epidermis", afirma el artista para insistir en que "las emociones no tienen formas" e insistir en lo apropiado de la definición de ‘pintaor’.

Sobre si cree en el "duende", Hidalgo dice que, si existe, "que te pille trabajando", aunque al tratar de definirlo como algo parecido a la inspiración ha concluido que es "algo que transita" y que debe ser "recíproco", en alusión a la reacción del público ante la obra.

Aunque los artistas son fácilmente reconocibles en sus lienzos, el ‘pintaor’ asegura que en sus obras "lo abstracto es fundamental, porque un ‘quejío’ no tiene forma, es abstracto; lo abstracto ayuda a retener las emociones, los gestos, la vida".

Pero luego sus dibujos y sus pinturas acaban en lo figurativo, de un realismo a veces expresionista, porque, como el mismo artista trata de explicar: "De lo abstracto voy a lo figurativo y de lo figurativo voy a lo abstracto", mientras que la velocidad de su trazo le sirve para captar las emociones: "Los tablaos me han hecho dibujar el flamenco con la velocidad de una foto".

El veterano fotógrafo Pepe Lamarca le enseñó que "hay que trabajar con el ojo, no con la cámara", porque, explica Hidalgo, "es un fotógrafo que trabaja con carretes de 36 negativos, y tiene que seleccionar un momento, trabajar con la mirada y conectar con el modelo; así ha creado iconos, como el de Camarón o el de Menese, los ha inmortalizado, ha ido más allá", y esa es también la búsqueda del ‘pintaor’, captar al personaje con muy pocos trazos.

Dominio del negro

el flamenco tiene una carga emocional muy fuerte

No obstante, señala que "el color, en las fiestas flamencas, es una emoción más" y así lo introduce en sus obras, algunas de las cuales han servido como carátulas de discos de José Menese, La Yiya, Manuel Agujetas y Dani de Morón, entre otros flamencos.