Ideas para fomentar la lectura

‘Booktalking’, jugando a leer

La Batidora Ediciones ha creado un juego de cartas que parte de la convicción de que hablar de libros es una invitación y una provocación para llegar a ellos.

Con la colaboración de muchas personas relacionadas con la literatura de un modo y otro, propone reflexionar y compartir el placer lector.

Este proyecto es una declaración de intenciones sobre la importancia de leer.

Este proyecto es una declaración de intenciones sobre la importancia de leer. / Batidora Ediciones

Los índices lectores en nuestro país no son los mejores. Es el dolor de cabeza principal de editoriales, distribuidoras, librerías y la pena de cualquiera a quien le preocupe el nivel cultural de sus convecinos. 

La lectura no es una dedicación de mayorías, aunque haya escritores que logren vender miles (los menos millones) de ejemplares de su obra. Lo de «no me gusta leer» es un frase común y si uno se mete en las aulas, el panorama es bastante desalentador, porque incluso lecturas obligatorias que no exceden de las 150 páginas se presentan como un verdadero suplicio para la generación de las redes sociales y los textos telegráficos como máximo esfuerzo. Sobra mencionar las consecuencias que ello tiene en la comprensión lectora. En definitiva, el panorama animaría a rendirse a la evidencia.

Pero los hay persistentes, personas convencidas de que abandonar es el camino más fácil para alcanzar el fracaso colectivo, que no dejan de darle vueltas al asunto para desmontar las estadísticas. El propósito puede considerarse casi ilusorio, descubrir al lector potencial que todos llevamos dentro, en algunos casos muy muy dentro, pero en el casi está la clave. 

Animar a otros a leer

Entre quien no pierde el ánimo ni las ganas está Luciana Reis, alma mater de la Batidora Ediciones, y la mente pensante que ha creado Booktalking, un juego de cartas lleno de ganas de hacer un bien, porque hay mucho (todo) de eso en animar a otros a leer.

Luciana Reis y el diseñador Puño son los artífices de 'Booktalking'.

Luciana Reis y el diseñador Puño son los artífices de 'Booktalking'. / Batidora Ediciones

Asegura que encontró inspiración en el amplio material con el que cuenta la editorial argentina Tinui, con gran diversidad de cartas temáticas relacionadas con la literatura. Ella misma, en el año 2015, gamificó una actividad para las aulas, aunque en aquel momento estaba orientado a cuestiones de imagen personal para estudiantes de Formación Profesional de grado superior. El fondo no tenía que ver, pero sí el posible formato.

El impulso final lo obtuvo del material elaborado en 1985 por el autor inglés Aidan Chambers, basado en la idea «de que la conversación sobre libros no solo enriquece la comprensión literaria, sino que también ayuda a las personas a reflexionar sobre sus propias creencias y experiencias».

Mucho más que un juego

Así nació Booktalking, un juego de 231 cartas que quiere propiciar la conversación en torno a los libros. Al principio reunió algo más de un centenar de frases aleatorias, pero a medida que fue recopilando más aportaciones, «el juego tomó la dimensión que tiene ahora».

Distribuido en cuatro categorías, incluye preguntas generales; otras que pretenden plantear un desafío filosófico; la categoría de Dime un libro y la de Piensa un libro. Y para dotar de contenido a todas ellas, ha contado con la colaboración de muchas personas, autores reconocidos, otros no tanto, hombres y mujeres implicados en la promoción de la lectura o preocupados y ocupados en llevar la literatura a todos los rincones. El arte del juego es obra del diseñador Puño

Booktalking puede encontrarse en cualquier librería, su espacio natural, rodeado de su razón de ser, que son los libros. La editora asegura que su propósito es organizar actividades en las que el juego sea la excusa para sentarse a conversar de la manera más sincera posible. Porque la regla básica es que «no existe una sola respuesta, ni las hay buenas o malas, toda aportación debe ser tenida en cuenta». Luciana Reis defiende que «el significado se construye de manera colectiva, cada pequeña aportación suma». Al final, el mejor juego es en el que todos ganan.

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