Entrevista |
Lamine Thior: «El humor negro, bien hecho, invita a reflexionar y ofrece más complejidad»
El cómico presenta el 18 de enero en La Bohemia su espectáculo Más que palabras, en el que combina comedia clásica con improvisación y diálogo

Lamine Thior es uno de los exponentes de la comedia en la actualidad. / MEDITERRÁNEO
Lamine Thior es un actor, cómico y activista que se caracteriza por utilizar el humor como herramienta de concienciación social, abordando temas como el racismo y la multiculturalidad en España. Figura mediática, con participaciones en programas de televisión como El Intermedio, es cofundador de Limbo Producciones, una iniciativa que busca reflejar la diversidad cultural del país.
En 2024, fue reconocido como Persona del Año por el Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales, consolidando su influencia en el panorama cultural español, y actualmente presenta su espectáculo Más que palabras, una propuesta que llegará a Castelló, concretamente a La Bohemia, el próximo 18 de enero.
Con su característico enfoque reflexivo y cómico, Thior aborda en este show temas como el poder del lenguaje, las interacciones con el público y los límites del humor en tiempos de polarización. A través de sus respuestas, descubrimos cómo el humor puede ser una herramienta transformadora para conectar, aprender y replantearnos la realidad, siempre desde una perspectiva llena de ingenio y sensibilidad.

Thior presenta en Castelló su nuevo espectáculo 'Más que palabras'. / MEDITERRÁNEO
Presentarás en Castelló, en La Bohemia, tu espectáculo ‘Más que palabras’. ¿Cómo surgió la idea de combinar temas tan diversos como las relaciones intergeneracionales, la RAE o el terraplanismo con la comedia clásica y la improvisación?
La idea surgió de una conversación entre dos amigos míos, uno filósofo y el otro lingüista. Un día, en mi casa, estaban inmersos en un intenso debate sobre si las palabras crean realidades o simplemente las describen. Yo, que tiendo a convertir la profundidad en algo más ligero (para entenderlo mejor), empecé a ponerles ejemplos. Para mi sorpresa, esos ejemplos provocaban carcajadas una y otra vez. Ahí me di cuenta de que había un potencial cómico en esa mezcla de teoría y humor.
A partir de ese momento, comencé a desarrollar la idea. Me fascinó explorar cómo el lenguaje cambia constantemente. Por ejemplo, solemos culpar a la Generación Z de inventarse palabras, pero si miramos atrás, nuestros padres decían cosas como «nasti de plasti» o «efectiviwonder». Jugar con el lenguaje no es algo nuevo; llevamos haciéndolo más de 1.200 años. Esa reflexión dio origen al show.
«Soy de las personas que creen que el humor es una herramienta maravillosa»
En todos tus espectáculos parece que el público tiene un papel importante. ¿Qué tipo de interacción buscas generar con ellos?
En comedia es común interactuar con el público, haciendo preguntas como si son pareja o en qué trabajan. Sin embargo, esas preguntas suelen llevar a respuestas bastante predecibles. En mi caso, prefiero abordar cuestiones diferentes. Por ejemplo: «¿Has tenido un mal día? ¿Por qué?», «¿Cuál fue el profesor que te traumatizó en la infancia?» o «¿Llevas tatuado el símbolo del infinito?» (que, por cierto, mucha gente lo tiene).
Estas preguntas suelen generar respuestas inesperadas y, a partir de ahí, se construye una conexión distinta con el público. En Más que palabras, en particular, me gusta preguntar qué opinan sobre las palabras. A veces, elijo a la persona más mayor y a la más joven de la sala para hacerles un cuestionario y mostrarles que tienen más cosas en común de las que imaginaban.
Suelen definirte como «humorista activista», ya que usas el humor como una herramienta para reflexionar sobre temas controvertidos o incómodos. ¿Cómo defines tu enfoque?
Soy de las personas que creen que el humor es una herramienta maravillosa. Por supuesto, existen muchas formas de humor: unas más absurdas y otras con más trasfondo. En mi caso, busco que el humor sirva para hablar de temas relevantes que, a priori, podrían parecer poco interesantes, como el significado de las palabras. El humor me permite hablar de cosas serias mientras nos reímos y disfrutamos.
Mi intención es que el público salga del show diferente a como entró. Aunque no lo busquen, suelen aprender algo, no necesariamente de lo que yo diga, sino de lo que reflexionan ellos mismos. El humor tiene ese poder: puede abordar temas sensibles que normalmente no tocarías y hacerlos accesibles en una hora y media de risas. Al final, la gente suele pensar: «Ya tengo tema de conversación para mañana» -se ríe-.
En estos tiempos de polarización, existe una línea muy fina entre lo que se considera humor y lo que no. ¿Qué opinas sobre los límites del humor?
Esta es una cuestión clave en la teoría de la comedia, y suelo dar charlas al respecto. Un chiste tiene dos partes: la premisa y el remate. Por ejemplo: «Van dos, y se cae el de en medio». La premisa es «Van dos», y «se cae el de en medio» el remate, el chiste como tal. Esto es básico para entender el humor sensible, que se divide en dos categorías: el humor negro y lo que en inglés se llama «punch down comedy» (humor hacia abajo).
El problema es que mucha gente confunde ambos tipos de humor. La diferencia está en dónde se coloca el tema sensible: en la premisa o en el remate. Un ejemplo de humor negro: «Quedé con una chica, fuimos a su casa y me preguntó: ‘¿Es verdad lo que dicen de los negros?’ Entonces le dije: ‘Sí’ y me llevé la tele». Aquí el tema sensible (racismo y prejuicio) está en la premisa, pero el remate da un giro inesperado. En cambio, el humor hacia abajo perpetúa estereotipos, como en este chiste: «Juan tiene cinco manzanas, y Carlos le roba tres. ¿De qué color es Carlos?». En este caso, el remate se basa en el prejuicio, sin ofrecer una reflexión o un giro significativo.
¿Cuáles son las implicaciones de cada tipo de humor?
El humor negro, bien hecho, puede invitar a reflexionar y ofrecer más complejidad tanto para el cómico como para el público. Por otro lado, el humor hacia abajo simplemente perpetúa ideas preexistentes. No digo que sea peor ni que quienes lo practican sean malas personas, pero creo que el humor negro es mucho más enriquecedor porque tiene un potencial transformador. El problema principal es que muchos cómicos no saben diferenciar entre humor negro y humor hacia abajo. Esto lleva a confusiones y, a menudo, el público puede salir decepcionado. El humor negro bien hecho deja al espectador pensando: «¡Wow! No lo había visto así». Esa es la magia de este tipo de humor, cuando se usa de manera responsable y creativa.
Para asistir al evento se pueden adquirir las entradas a través del portal web de referencia en la provincia: entradascastellon.com
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