Entrevista
Mala Rodríguez: "Ir en pelotas no es empoderamiento, las reinas no van así"
La rapera jerezana celebra el 25ª aniversario de su primer e influyente álbum, ‘Lujo ibérico’, con un concierto este miércoles en el Palau de la Música

La rapera jerezana Mala Rodríguez, en Barcelona este 3 de marzo. / ELISENDA PONS
Jordi Bianciotto
¿Cómo se siente reencontrándose con la Mala Rodríguez que hace 25 años grabó ‘Lujo ibérico’?
Esas canciones las he mantenido siempre, no logro despegarme de la niñata aquella. A veces, mi hijo me dice “mamá, por favor, compórtate como una madre”, porque me pongo en plan “no, no, esto no lo entiendo” y parezco yo la adolescente.
Pero entonces era una niñata más enfadada con el mundo que ahora, ¿no?
Me hacía esas preguntas que nos hacemos cuando empezamos a entrar en el mundo adulto: ¿qué pasa con este gobierno, con la sociedad, con el medio ambiente? Pues yo creo que he seguido ahí, soy una inadaptada, y esas canciones siguen siendo parte de mi personalidad y no las quiero dejar. Sigo teniendo rabia, lo único que ha cambiado es que me he enamorado a veces y eso no estaba en mis planes.
¿Cómo es eso?
Mi madre me tuvo de muy joven y era como ‘vade retro’, “no quiero saber nada de eso de enamorarme, no, no, jamás”. Eso es lo único que ha cambiado y que he ido comprendiendo y adaptando a mi mundo.

La rapera jerezana Mala Rodríguez, en Barcelona este 3 de marzo. / ELISENDA PONS
En aquella época se habló de lo suyo como flamenco-rap, pero usted se resistía a verse como una flamenca.
Me daba vergüenza, porque mi mamá y mis familiares me habían llevado a festivales de cantes y para mí el flamenco era una cosa muy seria, muy sagrada. Cuando dijeron eso de mí, pensé “ay, Dios mío”. Yo nací en Jerez, mi familia es de Cádiz, crecí en Sevilla y ese era el ambiente que me había alimentado, igual que el vallenato y la salsa de mi tío colombiano. Yo veía cantar a La Paquera y a Lole y es así como aprendí a cantar. Amaba ese dolor que transmitían. Yo resonaba con ese dolor. En el álbum yo integré mi infancia.
‘Lujo ibérico’ se grabó con poco presupuesto. Se habló de un millón de pesetas.
Bueno, ahora no sueltan mucho tampoco. Lo que más me jode es que siempre haya alguien que esté ahí dando por culo para llevarse las cosas de uno y de otro. Y que los discos no tengan valor. Pero lo importante es que haya artistas, que lo somos porque no podemos hacer otra cosa. Yo me levanto cada día y escribo, y busco, e investigo… ¡Cuántos presidentes de Universal me han dicho a mí “haz esto”!
¿Fue así con ‘Lujo ibérico’?
Desde el primer momento me dijeron que trabajara con Gustavo Santaolalla, y él, que es un ángel del cielo, me dijo: “no te preocupes, yo te entiendo mejor que nadie, haz tu disco”. ¿Qué pasó? Que mi disco se destinó a pagar a los productores, a pagar la mezcla, y los estudios, y a pagar, pagar y pagar, y yo no vi nada.
Pero el disco salió como quería.
Sí, y estoy contenta, nunca he estado aferrada al dinero, siempre creo que Dios provee. No he ido a las fiestas donde se hacen contactos, a los sitios donde es importante ir, pero estoy muy bien.
Habló alguna vez de la distinción entre María Rodríguez y la Mala. ¿Sigue sintiéndolo así?
Me lo aconsejó una terapeuta, que para que no tuviera tantos problemas separara la persona del personaje. Yo le decía que la Mala no es un personaje, pero ella sostenía que sí, que era el personaje que mi persona había creado. Es cierto que cuando me subo al escenario, no sé, soy otra. He aprendido a soltar allí todas las cosas que en el día a día quizá no sé cómo manejar.

Concierto de Mala Rodríguez en la antigua Sala Barts de Barcelona, en marzo del 2021. / FERRAN SENDRA
‘Lujo Ibérico’ es un álbum de debut y usted salió en la portada con la cara ensombrecida.
Me daba muchísimo corte mostrarla. Ese año lo pasé fatal. Hoy en día parece que uno tiene que saber cantar, y bailar, y responder entrevistas, y saberlo hacer todo para ser viral. Y yo me encontré pensando “qué coño estoy haciendo aquí”, fuera de mi ambiente, echando de menos el calor de mis primas… Vi cosas que no me gustaron, mucha droga. Y paré. Me puse a trabajar en una pastelería y hasta cuatro años más tarde no saqué otro disco.
El papel de la mujer en la música ha cambiado desde año 2000, y en particular en la llamada música urbana.
Han cruzado un puente que muchas como yo hemos construido. Desde 2015, que para mí ha sido la gran explosión de la música urbana, que no deja de ser música negra mezclada con todas las chucherías de ahora. Aunque en ‘Lujo ibérico’ había folclore andaluz, costumbrismo, música latina… Pero éramos muy pocas: Andrea, de Aterciopelados, yo flipaba con ella, tenía carácter. Ahora veo a tantas raperas jovencitas, Faenna o Santa Salut, y me reconozco en ellas. Hemos construido un camino, con machete, y luego, por otro lado, veo el tema del, entre comillas, empoderamiento, que es como…
¿Se ha desgastado la palabra?
Siempre me ha dado risa. Porque empoderada… Tú ya naces con poder, lo que pasa es que te lo quitan. Al final siguen siendo como las vedettes esas. Ir en pelotas no es empoderamiento. No lo es.
¿Es crítica con el modo en que se presentan muchas cantantes jóvenes?
A mí me da igual, que vayan como les dé las gana, yo también he ido como me ha dado la gana, pero tengo todo el derecho a decir que yo eso no lo encuentro ‘empoderante’. A mi hija, yo le digo que las reinas no van así, en pelotas. Para mí, empoderamiento es tener 50 millones en la cuenta del banco. Eso sí lo es. Salir en pelotas y dando grititos, ¿eso que empoderamiento es? Eso es de gilipollas, hablando claro. Siempre he dicho que las mujeres con más poder son las políticas, y no llevan minifalda.
Lleva 15 años viviendo en La Floresta, y ahora estrena ese concierto con la Simfònica del Vallès. Ya trabajó hace tiempo con otra orquesta, también catalana, la OJO del Taller de Músics, con Raül Refree.
En Catalunya hay muchos hijos de andaluces. Es duro dejar tu tierra y creo que represento a muchas personas que han vivido eso. Siempre he sentido amor por Catalunya. Y este concierto es un regalo que yo me quería dar. En el tiempo que llevo aquí aún no he podido disfrutar del Palau, que es una obra de arte viva. El cumpleaños del disco lo quería celebrar aquí.
¿En qué sentido cree que los arreglos orquestales benefician a las canciones de ‘Lujo ibérico’?
No quería dejar que la melodía de la canción original despareciera, y hay acordes y armonías que entran muy bien, y que combinaré con la guitarra española. Será algo muy bonito y único.
Con invitados como Jorge Drexler.
Universal quería reeditar ‘Lujo ibérico’, simplemente plancharlo y venderlo. Una mierda. Yo no quería. Y hablándolo un día con Jorge, él me dijo: “pues no lo hagas, tienes que hacer algo nuevo”. Es una de las personas más mágicas que conozco.
¿Entonces, no habrá más conciertos orquestales de ‘Lujo Ibérico’?
Me han llegado propuestas para hacerlo en Colombia, México, Miami… Todo se andará. Las partituras están hechas. Pero yo ahora vivo al día. Voy a hacer este concierto en el Palau y va a ser un día maravilloso, un miércoles tonto, como le dije al presidente de la Generalitat.
¿Habló con Salvador Illa?
En el fútbol, Atlético contra el Barça. Le dije: “vente, que va a ser un miércoles tontorrón…” Me respondió que haría todo lo posible, pero es un hombre ocupado.
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