Entrevista
Paloma San Basilio: “Soy partidaria de disfrutar y poner todas las energías en el presente”
La cantante se retira de los escenarios con ‘Gracias’, su espectáculo de despedida

Paloma San Basilio. | LOC
Belén Bertonasco
Paloma San Basilio se retira de la música a lo grande con Gracias, una gira que decidió hacer para despedirse de sus fans.
Está a punto de retirarse de los conciertos y de la música, pero no deja los escenarios. ¿Por qué decide esta despedida?
Porque yo creo que los ciclos hay que cerrarlos bien. Son 50 años cantando. Hablando un poco con Ivana, mi hija, me decía: ‘Mamá, si vas a cambiar y dejar los conciertos, tienes que hacer una gira de despedida, no puedes irte así sin decírselo a nadie’. Y la verdad es que tenía toda la razón. Así que dije, vamos a hacer una gira. Estoy feliz porque cuando empieza el concierto es una fiesta. No es algo nostálgico. Es como el cierre de una amistad maravillosa que no tiene por qué desaparecer, pero que tiene que cambiar de lenguaje.
Cincuenta años en los escenarios es una vida. Cuándo mira para atrás, ¿de qué se sorprende, de lo qué ha hecho o de lo rápido que pasan los años?
De las dos cosas. Digo: ‘No puede ser, a mí me ha robado alguien algo, había empezado hace poquito’. Luego ya me veo en las fotos y digo: ‘Pues no’. Soy muy partidaria de disfrutar, concentrarme y poner todas mis energías en el presente. Y ha sido maravilloso, porque de pronto te paras y dices: ‘Guau’, sobre todo, en una profesión como esta, en la que no sabes nunca el recorrido que vas a tener. Empiezas en esto y todo el mundo lo primero que piensa es que eres un inconsciente. Luego resulta que ves que hay mucho que hacer. El recorrido es maravilloso, atractivo y sorprendente.
¿Le ha costado resumir medio siglo de trayectoria en un espectáculo?
Es un show que desarrollamos a lo largo del año pasado, con el trabajo de mucha gente. No es un trabajo improvisado, tiene todo un porqué. La idea de luces, de los elementos teatrales que son unas velas que van creando profundidad, la incorporación de elementos como el chelo y el violín. Todo eso está muy trabajado. Los coros también, que los ha hecho Ivana, mi hija. Quería hacer algo a la altura que se merece.
¿Qué es lo que más va a extrañar de los conciertos?
El directo. En el escenario, todo lo que está tocando se toca. No hay una sola cosa que esté grabada. Allí los músicos se retroalimentan unos a otros y yo con ellos. La emoción se palpa cuando hay algo que sale bonito.
¿Qué rol cumple su familia en el proceso de su retiro?
Son importantísimos. Son la regeneración emocional que yo necesito. Me iluminan, me enseñan, me ilusionan, me hacen pensar en mi presente y mi futuro, con muchas ganas. Porque cada vez que yo hago una propuesta, mi hija está allí. Además, para mí son un estímulo.
A finales de los años setenta comenzó a montar musicales, en una época en la que ese género tenía poco arraigo en España y no era una apuesta segura ...
Creo que el musical fue lo que me salvó porque empecé con discos, pero también es cierto que siempre tuve un concepto escénico muy distinto. Nunca me sentí una cantante pura de disco. Empecé desde muy jovencita a hacer shows, un poco a la mexicana, con bailarines cambiándome de ropa, haciendo piezas musicales. Pero apareció Evita y me di cuenta de que era mi espacio natural, donde se resumía toda mi capacidad de expresión, y sobre todo, lo que me permitía crecer como cantante, actriz y bailarina.
También se adentró en el mundo de la escritura con La niña que baila bajo la lluvia (2014), El océano de la memoria (2016) y Uxoa, el secreto del valle, que es su última novela. ¿Qué le transmite la escritura?
Me gusta mucho escribir y quiero dedicar un futuro tiempo a la escritura. Es un salto cuántico a otro tipo de comunicación. Con otro escenario desde la intimidad, desde la zona pequeña, pero que tiene una capacidad de expansión maravillosa.
¿Cómo ve a la actual generación de artistas españoles?
Ha cambiado mucho. Cuando yo empecé, era una época en la que éramos menos, en la que los tiempos eran más lentos y sacabas un disco con diez temas y teníamos tiempo para que esos temas sonasen. Ahora no, es todo demasiado rápido, hay mucha gente, mucho ruido para que ellos puedan tener un espacio propio. Pero, sobre todo, no da tiempo a asimilar.
Si tiene que simplificar en una sola palabra todos estos años en los escenarios, ¿cuál sería y por qué?
Son dos, aventura y apasionante. Porque todo lo que te puedes imaginar palidece en relación a lo que te encuentras.
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