Pilar Fraile, escritora: «Lo que tenemos es una permanente crisis de fe»
La escritora salmantina inaugura el club de lectura de la Universitat Jaume I este 20 de octubre en la Llotja del Cànem de Castelló

Pilar Fraile inaugura la nueva temporada del club de lectura de la UJI este 20 de octubre en Castelló. / Pedro Campoy
La literatura de Pilar Fraile conjuga lucidez y desasosiego. En su última novela, Las leyes de la caza (Candaya), una mujer huye de la ciudad en busca de una vida más auténtica en una comunidad de montaña; pero lo que encuentra, tras la desaparición de su hijo, es un territorio de sombras donde se confunden la esperanza, la violencia y la fe en un sistema que ya no ofrece respuestas.
Construida como una cacería simbólica –cada capítulo guiado por fragmentos reales de un reglamento de caza–, la novela funciona como un espejo deformante de nuestro tiempo: un lugar donde la utopía rural se desmorona y la necesidad de creer se convierte en trampa. «Más que una crisis emocional, vivimos una crisis de fe», afirma Fraile. «El sistema de creencias que nos ofrece el capitalismo es tan vacío que seguimos buscándole sentido incluso cuando ya no funciona», añade en esta entrevista.
Con una prosa medida, poética y tensa, Las leyes de la caza confirma la madurez de una escritora que entiende la contención como herramienta expresiva y el lenguaje como un cuerpo físico. Una autora que, desde la crítica a los mitos del bienestar y la individualidad, logra que el lector sienta –como su protagonista Jana– que la búsqueda de una vida más plena puede ser, en realidad, el principio del extravío.

La reconocida autora salmantina hablará en Castelló de su última novela 'Las leyes de la caza' (Candaya). / Lourdes Contreras Prieto
Fraile hablará de esta novela este lunes, 20 de octubre, a las 19.00 horas, en la Llotja del Cànem de Castelló. Su presencia servirá como acto inaugural de las sesiones del club de lectura que organiza la Universitat Jaume I, un espacio de reflexión compartida sobre este inquietante relato de huida, pérdida y la imposibilidad de hallar refugio en el mito de lo natural.
En Las leyes de la caza, una madre busca empezar de nuevo en una comunidad de montaña hasta que su hijo desaparece. ¿Cómo nació esta historia y qué fue lo primero que imaginaste: la desaparición, el bosque o esa idea de huida?
El germen de la novela fue la desaparición, eco de algo semejante de lo que fui testigo de niña. Pero la novela no arrancó hasta que el personaje de la madre, esa mujer de ciudad sumida en una crisis y con un deseo feroz de escapar, hizo su «aparición en escena». Con el choque de esos dos elementos es como va surgiendo la trama y las distintas situaciones de la novela.
La novela se articula a partir de las «leyes» o consignas de una cacería. ¿Qué te permitió esta estructura simbólica a la hora de construir el ritmo y el sentido de la narración?
Esos fragmentos, extraídos de un reglamento de caza vigente, sirvieron como señalas, para apuntalar el ritmo de la novela y destacar sus puntos de inflexión, por un lado, y, por otro, para subrayar el contenido metafórico de la novela, que desborda el «mecanismo» del thriller y tiene una fuerte carga crítica.
En el libro late una crítica a la idealización de la vida natural y a la idea del campo como refugio espiritual. ¿Qué te interesa cuestionar en ese mito contemporáneo de la «vida auténtica» lejos de la ciudad?
La cuestión, como señalas, es que la noción de una vida auténtica fuera de la ciudad es un mito y, como tal, está asentado en premisas bastante discutibles, como la noción de que un cambio de lugar, una mera traslación, va a ser capaz de solucionar de golpe todos nuestros problemas. Esta es en sí misma una concepción muy naif porque asume, a su vez, dos presupuestos muy cuestionables: que nuestras creencias, maneras de relacionarnos, etc., cambian si cambiamos de sitio, y que existe un entorno rural arcádico que no acusa los mismos problemas que el resto de lugares. Y luego hay otro asunto de ese mito que me resulta aún más sospechoso y es que es un mito casi robinsoniano, esa noción de que uno, de forma separada e individual, puede alcanzar una vida más auténtica o mejor, no se puede ser más tardocapitalista.
«La moral de la sociedad capitalista está tan asimilada que ya es invisible, la aceptamos sin cuestionarla»
Jana llega a ‘La Comunidad’ buscando sanación y termina enfrentada al vacío, la violencia y la pérdida. ¿Dirías que tu historia es una parábola sobre la fragilidad de nuestras búsquedas de felicidad?
La novela tiene ciertamente un aire de fábula, esa historia de Jana es un poco la historia de todos nosotros, o eso me gustaría creer, que el lector puede sentirse reflejado en ella. En esa lucha tremenda de Jana por conseguir una felicidad que resulta inalcanzable, seguramente porque está «diseñada» para ser inalcanzable, para mantenernos en un estado de perpetua insatisfacción y movimiento.
El bosque aparece como un personaje más, casi una presencia psicológica. ¿Cómo trabajaste ese paisaje simbólico para que encarnara el miedo, el deseo o la confusión moral de los personajes?
Era necesario que tanto el río como el bosque fueran elementos activos para que la trama y el tema de la novela funcionasen. La dificultad residía en modular esos elementos para cada personaje, porque para la Comisaria, por ejemplo, el río supone una presencia molesta, e incluso amenazante, algo que no es así para los miembros de La Comunidad o los habitantes del pueblo. Así que tuve que ir con mucho tiento en esta focalización y, por supuesto, también tuve que investigar acerca de ciertos aspectos del entorno natural en el que se ambienta la novela, que es la zona norte de la Cordillera Central.
En Las leyes de la caza confluyen temas como la corrupción policial, la manipulación mediática o la voracidad institucional. ¿Qué tipo de mirada social o política atraviesa esta novela?
Esos temas que mencionas forman parte de la crítica más visible de la novela: instituciones corruptas, decisiones políticas que se toman por intereses partidistas, medios de comunicación que basculan hacia el sensacionalismo. Sin embargo, la mirada social que atraviesa la novela de una forma más subterránea, es una crítica a nuestro modo de vida, a la consideración que tenemos de los demás y de nosotros mismos, a la crisis de los lazos comunitarios, al aislamiento que sufrimos.
Muchas de tus obras, desde Días de euforia hasta esta, retratan la insatisfacción y el desencanto contemporáneo. ¿Crees que estamos viviendo una especie de crisis emocional colectiva?
Más que crisis emocional, diría que lo que tenemos es una permanente crisis de fe. El sistema de creencias que nos ofrece el sistema (dinero, objetos, éxito…) es de un vacío tremendo así que la mayoría de nosotros dejamos de creer en algún momento, o más bien tenemos crisis secuenciales de fe, y eso nos pone constantemente al borde un abismo.

'Las leyes de la caza'
Autora: Pilar Fraile
Editorial: Candaya
224 páginas; 20 euros
Has dicho que «el capitalismo se ha transformado en una creencia». ¿En qué medida Las leyes de la caza explora esa fe ciega en el progreso o en el bienestar que parece sostenernos incluso cuando ya no funciona?
Bueno en realidad lo que quería decir con esa frase, que aún suscribo, es que la moral de la sociedad capitalista está tan asimilada que ya es invisible, la aceptamos sin cuestionarla, es nuestra manera de ser. Lo que esta novela hace es analizar el fondo de esa moral, tratar de hacerlo visible y presentarlo al lector. Pero este análisis se hace en lenguaje narrativo, es decir, se encarna en varios personajes que enfrentan situaciones en la que esa fe se tambalea, la pregunta que se plantea y que es una de las que animan la trama sería: ¿Qué pasaría con nuestro credo si las ventajas que promete esta sociedad se vinieran abajo?
Tu estilo combina una prosa contenida, de gran precisión, con una tensión constante. ¿Qué papel juega la contención —decidir qué no decir— en la creación de esa atmósfera inquietante que caracteriza tu obra?
Ese es el reto que yo me planteo como escritora: decir lo justo. Algo que puede parecer fácil visto desde fuera, pero que es muy difícil de conseguir. Requiere trabajo con cada frase, y, como mencionas, decisiones constantes acerca de qué recursos son adecuados y cuáles resultan innecesarios.
Esa contención en la escritura contribuye, sí, a crear una atmósfera inquietante o desasosegante, que es la que conviene normalmente a los temas que quiero abordar. También me permite hacer uso de cierta ironía que estalla en ese lenguaje medido.
Como poeta, ensayista y narradora, transitas con naturalidad entre géneros. ¿De qué manera la poesía influye en tu manera de narrar una historia tan cargada de suspense como esta?
La escritura poética supone una inmersión total, cada palabra, cada espacio, cada silencio, tiene un peso en el poema que tienes que aprender a valorar si quieres hacer algo que funcione. Ese aprendizaje te da una conciencia del lenguaje como un elemento físico y ese bagaje sirve a la hora de enfrentarse a cualquier texto.
«El reto que yo me planteo como escritora es decir lo justo»
También enseñas escritura creativa. Desde esa experiencia, ¿qué crees que deberían aprender hoy los nuevos escritores sobre la relación entre técnica, intuición y mirada crítica sobre la realidad?
Yo creo que cada escritor, novel o no, tiene la capacidad de tener una mirada propia, un reflejo del mundo que solo ella o él es capaz de ofrecer. La aparente paradoja es que esa mirada, estamos todavía muy cegados por el mito del genio artístico, «no sale sola», para sacarla a la luz es necesario aprender las técnicas que han usado otros escritores. Es al hacerlo cuando el propio camino se va revelando: «Ah mira, esta escritora usa la primera persona de esta forma, que me gusta, pero no me convence del todo, la matizaría de esta manera en mi narración», cuando empiezas a ver ese tipo de cosas es cuando tu propia «intuición» se va a ir poniendo de manifiesto. Es en definitiva un proceso dinámico. Y lo mismo que te digo de la intuición es aplicable a la capacidad crítica.
Para terminar, ¿qué te gustaría que se llevaran los lectores de Castelló después de adentrarse en Las leyes de la caza? ¿Una emoción, una pregunta, una incomodidad?
Bueno, el ideal sería que disfrutaran mucho con la lectura, que quisieran pasar página, como decía Henry James en El arte de la ficción, porque eso significaría que el libro está bien construido. Y si encontraran en él alguna reflexión, algún hallazgo, que sirviera para su día a día, que les resonara, ya sería el premio gordo.
Suscríbete para seguir leyendo
- Aemet activa de nuevo la alerta amarilla en Castellón… y esta vez no es por la lluvia
- Luto en el sector azulejero de Castellón: fallece Rafael Benavent, fundador de Keraben
- Más de medio siglo de tres tiendas emblemáticas de Castelló: Muebles Pachés, Babiloni Tenda d'Art y Pajarería Esparza
- Un pueblo de Castellón de 800 habitantes, capital mundial del 'trail running'
- De amarilla a naranja: AEMET eleva el nivel de alerta en Castellón
- Los niños de la secta vivían una infancia de «fantasía» antes del horror al cumplir 12
- El peluquero Juan Miguel asegura que al Tío Toni, líder de la secta sexual de Vistabella, lo mataron
- Una tienda 'outlet' de Estados Unidos aterriza en Castelló
