Si alguien observa durante el partido de esta tarde que Reina no para de moverse, en algo parecido a un baile a la última moda discotequera, que no se sorprenda. No será un repentino ataque incontenido de mover el esqueleto, sino una fácil forma de combatir la gelida temperatura para no quedarse tieso bajo los palos. Es la consigna del doctor Arnau con el objetivo de permanecer constantemente en calentamiento y así, estar preparado, para cuando llegue el balón.

El termómetro señalaba ayer, a la llegada del Villarreal al aeropuerto de Bilbao, una temperatura de tres grados centígrados, que llegó incluso, durante el transcurso de la tarde a situase a 1°. Y hoy se espera que el frío siga siendo uno de los problemas al que tenga que hacer frente el Submarino en San Mamés. Benito Floro, no obstante, extrajo su conclusión positiva sobre las intempestivas condiciones metereológicas: "El frío no influye, incluso, a veces es bueno para que la gente no se quede quieta. Lo peor es el viento y el agua, factores ambos que si perjudican".

Una perspectiva que, a buen seguro, no comparte el brasileño Marcos Senna, quien ayer confesaba que no había visto la nieve en su vida. Por si las moscas, el utillero del Villarreal ha cargado las maletas con guantes, calentadores y mantas, estas últimas para el banquillo.