Firmó hace un mes por el Espanyol para sacarle de la zona de descenso. Javier Clemente es uno de los técnicos con más carisma del fútbol español. El exseleccionador, que cumplió 350 partidos en la Liga en un Betis-Villarreal ,precisamente el equipo ante el que se enfrentará el domingo en el Madrigal, cumple su tercera estancia en el club periquito.

La primera vez forjó un equipo que llegó a la final de la UEFA. La segunda salvó al club. Ahora, Sánchez Llibre no apostó por él hasta última hora por culpa del recuerdo de Leverkusen. Su presencia podría crear un cisma entre la afición, decían. Pero los consejeros reacios a su regreso han cambiado. Dicen que Clemente es otro.

"Yo sólo he cambiado en los años. No he cambiado ni un ápice. Si acaso, he madurado", explica el vasco, que reconoce que la salida de la selección tras perder en Chipre le hizo daño. Desde entonces, acude a pecho descubierto a los clubs que le dan trabajo. Solo, sin ayudantes. Y casi siempre de apagafuegos.

RESIGNADO A ESPERAR

"No me disgusta, pero es una forma más difícil de trabajar. Si me dan a elegir no entrenar o coger un equipo en situación delicada, escojo lo último", explica. Clemente ha aceptado con resignación que los clubs no apuesten por él desde el inicio de temporada. "Nada, le toca a uno esperar. Acepto que no me elijan". Eso sí, sigue recibiendo ofertas del extranjero. ¿La más exótica? Le preguntaron si estaba dispuesto a entrenar en China. El no fue rotundo.

Sus detractores consideran que es un entrenador que quema las plantillas, que sus equipos juegan un fútbol primitivo, que no cuenta con los futbolistas más técnicos. Llegó al Espanyol y en su primera convocatoria aparecieron los nombres de los más técnicos. Aseguran que alguno, que no esperaba entrar, tuvo que anular algún viaje. "Es otro cuento. Conmigo siempre han jugado los más técnicos. En la selección han estado los mejores", explica Clemente, que asegura disfrutar con los superclase, pero ahora dirige a un Espanyol que anda por la cola y que el domingo se juega parte de su futuro en Vila-real.

"Hay que ganar, porque si ganas, pierdes, ganas, pierdes..., no remontas", dice Clemente, que también descarta el empate, "un resultado político que sirve de poco". El de Barakaldo espera, ante el Villarreal, un choque "trabado, como el último ante el Racing". "Sin embargo, la concepción futbolística de Floro no es la misma y deberemos cambiar de planteamiento", concluye.