No hay dos sin tres. Por lo menos eso será lo que pensarán los jugadores y cuerpo técnico del Villarreal ante el compromiso de esta tarde contra el Espanyol. Los dos triunfos consecutivos sumados por los de Benito Floro en las últimas jornadas --frente al Atlético en el Madrigal y ante el Athletic de Bilbao en San Mamés-- han dado la vuelta a una situación que hasta la consecución de esos seis puntos era bastante complicada.

Hoy, los amarillos quieren refrendar esa mejoría con su tercer triunfo consecutivo en la Liga, el que marque la frontera entre la tranquilidad o, si no se consigue, seguir mirando de reojo a los equipos que siguen al Submarino en la clasificación.

Pero, para necesidad la del Espanyol. El equipo del controvertido Javier Clemente sí llega en una situación crítica al Madrigal. Penúltimo, a tres puntos de la frontera de la salvación y como uno de los equipos más endebles de la Liga de las Estrellas. Por si sus necesidades en la tabla fueran pocas, el Espanyol llegará con lo puesto a Vila-real.

BAJAS SENSIBLES

Sin embargo, el tema de las bajas no es algo de lo que Benito Floro sienta un especial alivio. Ni aunque los ausentes se llamen Raúl Tamudo --siempre acertado ante los amarillos-- o Iván de la Peña. "Sin duda son ausencias sensibles que ellos van a notar, aunque seguro que los jugadores que los sustituyan estarán preparados para hacer las cosas bien", se limitaba a apuntar el entrenador del Villarreal. Marc Bertran, recientemente operado, es otra de las sensibles bajas espanyolistas.

FLORO, CON LAS IDEAS CLARAS

Benito Floro también ha tenido algunos contratiempos en su plantilla, aunque menos que las de su homólogo en el conjunto catalán. El mister amarillo ha tenido que preparar el partido de esta tarde con las bajas obligadas de Arruabarrena y Guayre, ambos sancionados. Dos huecos que se completarán con un simple cambio de hombre por hombre en el lateral izquierdo (Galván por El Vasco) y una modificación de posiciones en la banda derecha, con la entrada de Quique Álvarez en defensa y el adelantamiento del brasileño Belletti hacia el centro del campo.

La historia, que siempre ha jugado a favor del Villarreal en sus partidos ante el Espanyol en el Madrigal, debe continuar esta tarde. Más que por aumentar la autoconfianza del equipo, por dejar a los periquitos a un mundo (ocho puntos) en la carrera por la permanencia en Primera.