El título de aquella película de finales de la década de los 80 que contaba con la presencia del inigualable Luis Ciges, Amanece, que no es poco, podría aplicarse a la perfección a la filosofía que pone en práctica el Club de Fútbol Tírig. La sola pervivencia de la entidad es el objetivo que se marca la directiva del conjunto de L´Alt Maestrat, año tras año. Y es que no es fácil prolongar el sueño de mantener un equipo de fútbol en una localidad que cuenta con algo menos de 600 habitantes censados, aunque, eso sí, se vuelva con el club. "Bajar no podemos y subir, tampoco", confirma el presidente, Néstor Porcar.

CUENTA CON 100 ABONADOS

No en vano, el C. F. Tírig cuenta con un total de 100 abonados --lo que supone que uno de cada seis vecinos de la localidad es socio-- y atrae a cerca de 50 espectadores al Municipal La Valltorta en cada partido, cifra nada despreciable teniendo en cuenta la categoría en la que milita.

Con la gente del pueblo como base del equipo, el Tírig también echa mano de futbolistas de localidades cercanas, como Vinar²s, Alcal de Xivert, La Jana, Traiguera o Les Coves de Vinrom para completar la plantilla.

MANUEL SOTO ES EL TÉCNICO

El técnico vinarocense Manuel Soto es el encargado de dirigir desde el banquillo las operaciones de un equipo que siempre persigue acabar la temporada de la forma más digna. Nadie cobra --tan sólo lo hace el mister y es una cantidad simbólica--, por lo que esta entidad se suma a la larga lista de equipos que entienden el fútbol como placer y no como forma de vida.

También realizan la habitual combinación de loterías, rifas, ayuda del Ayuntamiento y caja del bar del campo de fútbol para cuadrar el presupuesto, aunque también tienen su apartado de ingresos atípicos. Durante la festividad de Santa Quiteria, el consistorio contrata la verbena y el club se hace cargo de la barra en la que se sirven bebidas a cambio de quedarse con la cantidad recaudada.

Néstor Porcar, el presidente que sustituyó hace tres meses en el cargo a Ovidio Beltrán, es quien dirige toda la maquinaria del club con la ayuda de sus tres directivos. Ellos consiguen que el fútbol siga vivo en Tírig.