Ayer, como cada jueves, pudimos ver qué ´once´ prepara Benito Floro para el próximo partido. Es curioso que, tras conocerlo, la gran mayoría de aficionados coinciden en su coherencia, al parecerse bastante al que todos harían. Vaya, que la grada no entiende cómo Floro se complica la vida cuando el mejor ´once´ es obvio y tan fácil de ver. Es ésta una de las eternas cuestiones del mundo del fútbol: todos somos entrenadores y estamos seguros de la validez de nuestras ideas, y más aún si éstas coinciden con las del resto. Se diría que, sin reconocerlo, todos somos un Piterman en potencia. ¿Quién no ha soñado poder sentarse un día en el banquillo y decirle al técnico de turno cuatro cosas? Por eso no me negarán que lo del tal Dimitri es un bombazo que puede dinamitar nuestro fútbol y lo que pase allí sea un referente para el futuro. Si el magnate del Racing no se contagia del cargo y sigue siendo un aficionado más, mi pregunta es: ¿será el triunfo o fracaso de éste el de tantos y tantos aficionados y el de la filosofía de la grada? A ver si después de tantos años de quejarnos de la poca profesionalidad, de luchar por ser serios, de tantos estudios, másteres, cursos y monsergas... la clave no era otra que seguir lo que te marque la grada, ser fiel a su filosofía o buscarse un saltador de longitud con ganas de fama.