Una victoria como las de antes. El Playas de Castellón logró tres puntos importantísimos en la jornada de ayer, no sólo por dejar atrás a un rival directo como el Miró Martorell, ni por romper la mala racha de dos derrotas consecutivas, sino por la forma en que el equipo castellonense lo hizo y con las circunstancias que se dieron en el Ciutat de Castelló.

El partido parecía de otra temporada. Hacía tiempo que no se superaban los 1.500 espectadores en el recinto playero y, ayer, la afición albiazul respondió cuando su equipo más lo necesitaba. Y no sólo por la imperiosa urgencia de los puntos en litigio, sino porque los colegiados valencianos Beteta y Palacios se encargaron de ponerle las cosas mucho más difíciles a los de Tino Pérez.

INICIO CON BRONCA

El comienzo del choque fue trepidante. Los catalanes salieron a plantar cara y se adelantaron muy pronto, en el minuto 6, por mediación de Luiz Claudio. Pero ahí no quedó la cosa, puesto que los trencillas iniciaron su recital tarjetero, expulsando en apenas un segundo a Javi Sánchez (minuto 9), eso sí, el pívot extremeño insistió demasiado en sus protestas. Vander Carioca también vio una amarilla, y el ambiente se encrespó. Y ello ayudó a los albiazules que, antes del descanso, le daban la vuelta al choque tras una genialidad de Vander y un doble penalti de Javi Rodríguez.

La segunda mitad no perdió un ápice de interés. Isco, con la ayuda de Marcos, hacía el tres a uno nada más reanudarse el encuentro, y Javi Rodríguez, en el minuto 23, anotaba un golazo desde fuera del área. El compromiso parecía resuelto. Pero tras el saque de centro, un despiste defensivo local lo aprovechaba el explayero Marcos para crear incertidumbre (4-2).

Pero Isco parecía que ayer tenía la suerte de cara y, de espuela, conseguía un 5-2 rápidamente contrarrestado por Manel, acortando diferencias a un apretado 5-3.

Tras ese instante, Leandro pasó a ser portero regateador y su homólogo Toni Lodeiro le envió un balón a la cruceta. El Playas de Castellón sentenció con otro afrotunado gol de Isco. Ese sí fue ya el tanto definitivo. El espectáculo volvió al Ciutat de Castelló, que ya tocaba.