Athletic y Real Madrid firmaron un empate insuficiente para ambos, ya que el 1-1 no beneficia a ninguno de los dos equipos. A los de la capital de España porque se alejan un poco más del liderato de la Real, y los vascos porque les impide salir de la zona de peligro (están a dos puntos de descenso). El resultado, no obstante, sí reflejó los merecimientos de ambos, pues aunque ni Athletic ni Madrid realizaron un buen partido, tampoco merecieron perder.

DE PODER A PODER

El choque respondió al principio a las pautas esperadas. Es decir, un Athletic muy aplicado en la presión y un Madrid a la expectativa. En esa dinámica, llevó al encuentro a la espesura de ideas, pero a un alto ritmo, que, sin embargo, no permitió fabricar demasiadas ocasiones de gol.

Hasta el descanso, varias llegadas sin peligro del Athletic y unos intentos visitantes que se morían antes de llegar al área. Y tarjetas, muchas tarjetas. Tres para cada uno de los equipos en la primera parte. Las de Lacruz y Gurpegui les hacen ser baja para el derbi vasco contra la Real Sociedad.

En la reanudación, continuó la tónica, pero con un Athletic menos peligroso. El Madrid, como en la primera parte, lo fiaba todos a las contras. En una de ellas marcó Ronaldo el 0-1. Moría el partido y parecía inofensivo el equipo vasco cuando entró Tiko. Y después de un córner que forzó con su primera aparición, Del Horno establecía el empate.

REACCIÓN

El tanto propició que el Athletic volviera a engancharse al choque casi de una forma fulminante. Tampoco el Madrid quería irse con un sólo punto, por lo que el epílogo adquirió una elevada temperatura, en la que Aranzubia desbarató dos oportunidades seguidas. La primera en una falta que lanzó Figo, que el portero vasco desvió. El saque de esquina acabó en un barullo en el área, en el que el balón dio en el poste tras un toque de Hierro y Pavón. Fue la última ocasión de un gran encuentro, que incluso sobrepasó las previsiones más optimistas.