Su llegada de improviso a la Liga de las Estrellas ha puesto patas arriba el fútbol español. Dimitri Piterman, un ucraniano de 39 años, nacido en Odessa y nacionalizado norteamericano, casado con una chica de raza india, padre de un niño y una niña, exsaltador de longitud, es el nuevo máximo accionista del Racing de Santander. ¿Sólo? No. Piterman llegó, vio, despidió y se hizo dueño y señor de todas las parcelas del club, incluida la deportiva. Él es el entrenador --aunque oficialmente sea su mano derecha, Chuchi Cos, el que ocupa el puesto de mister en el banquillo--.

Piterman, a quien todos en Santander llaman ya cariñosamente Peter Pan, ha acudido al rescate del Racing como en su tiempo, hace poco más de tres años, rescató de la ruina más absoluta al Palamós. "Siempre soñé con llevar al Palamós a Primera y, al final, ha sido el Palamós quien me ha llevado a mí a Primera", dice.

Dimitri, como le llama todo el mundo en Palamós, es tan admirado en la Costa Brava como Emilio Botín en Santander. ¿Quién es este nuevo personaje del fútbol español? "Dicen que tiene negocios inmobiliarios en California, grandes edificios de pisos y oficinas que le reportan enormes beneficios, parte de los cuales se los transfieren a España", explica uno de los abueletes que no se perdía ni uno de los entrenamientos de Piterman con el Palamós.

LA MAGIA DE DIMITRI

"Peter Pan, reflexiona Piterman en voz alta. "Peter Pan. No se le ve nada preocupado por el qué dirán, por todas esas travesuras que la familia del fútbol, como la definía Pablo Porta, ha empezado a difundir sobre él. Que si tiene un pasado oscuro, que si ya tenemos bastante con Gil y Lopera. "Entiendo la inquietud de la gente, pero no la comparto. Para mí lo fundamental es que Santander, su afición, los técnicos y los jugadores entiendan el mensaje de serenidad y estabilidad que pretendo difundir. Sé que eso no es fácil y que me los voy a tener que ganar con trabajo, pasión y hechos. Pero lo lograré, igual que lo logré en Palamós", matiza Piterman.

EL SUEÑO EUROPEO

Este Peter Pan también quiere crear ilusión, generar fantasías. "¿Por qué no puede aspirar el Racing a la Champions. Para Dimitri esto del fútbol es mucho más sencillo de lo que parece. "Total, aquí hay 25 jugadores, un par de técnicos y algunos empleados. Nada más. Se trata de una empresa, como mucho, de 35 personas, no de una compañía de 1.000 o 2.000 personas. Con una empresa de esas dimensiones no es tan difícil estar al día de todo".

Tal vez por eso, Dimitri defiende que el presidente esté enterado de todo. No se trata de un presidente absolutista. "¿Gil? ¿Lopera? Espero que no me asocien a ese tipo de presidente. Los respeto, pero dudo mucho que ellos fuesen capaces de entrenar a un equipo, de prepararlo físicamente, de dialogar como debe dialogarse con los jugadores. Son presidentes de la vieja escuela. Actúan a gritos, de forma presidencialista. Creo que abusan de su poder".

PRACTICAR CON EL EJEMPLO

Dimitri no tiene intención de montar una revolución en el fútbol. Duda de que los presidentes sientan el cosquilleo de hacer las alineaciones. "Puede que haya alguno que sí quiera pasarse la semana en el palco y el domingo sentarse en el banquillo, puede. Pero le diré una cosa: para mí, lo menos interesante del fútbol es hacer la alineación".

A Peter Pan le gusta volar bajito. Y, sobre todo, correr mucho. Corre más que nadie. Estuvo a punto de ser olímpico en el 92. Y en Palamós, una vez por semana, se llevaba a los jugadores a la playa para torturarlos un poco. "En Santander también saldremos a correr. Quiero que la gente nos vea entrenar. Es muy bueno ver que los futbolistas trabajen duro", dice.