1LA ZONA CLAVE. El técnico del Betis planteó la batalla en el centro del campo. Superioridad numérica y fuerte presión fueron sus armas. Ante esto, los antídotos son circulación rápida y movilidad, es decir, todo lo que le faltó al Villarreal.

2FÚTBOL HORIZONTAL. Los amarillos tuvieron tanta o más posesión que el rival, pero jugaron corto, al pie, y sin buscar los espacios, con una falta de luces e intensidad alarmantes. Los escarceos de Guayre y la voluntad de Senna, lo único.

3MÁS DE LO MISMO. En la segunda parte no cambió nada. Otra vez hacía falta Calleja y otra vez entró Josico. Sin chispa y sin profundidad, Prats fue un espectador más, mientras un desafortunado Farinós iniciaba su peculiar peregrinaje por todas las posiciones del campo.

4DESESPERANTE. Cada jugada del Villarreal acabó a pies de Reina, en un transitar lento y previsible del balón, siempre hacia atrás. Para colmo, el portero que había estado perfecto, se comió un segundo gol que jamás debió entrar así.

5BILBAO HIZO DAÑO. El triunfo en San Mamés fue engañoso y la realidad clara y cruel es la de los dos últimos partidos. Al equipo no se le ve fe y no ofrece respuesta anímica ni futbolística. Las frivolidades deben dar paso al sentido común. La presunta polivalencia de muchos jugadores es una invitación al desconcierto.