Llaneza convocaba una improvisada rueda de prensa ayer por la mañana en la Ciudad Deportiva. Cuando todo el mundo esperaba el anuncio de una nueva contratación, en el último día hábil para inscribir nuevos futbolistas, el consejero delegado sorprendió con la noticia de que Gracia y Berruet se desligaban de la disciplina amarilla y se comprometían con el Córdoba, además de que los canteranos Arzo y Cases subían al primer equipo. El primero hasta el 2004 y el segundo con un compromiso que expira el 2005. La medida confirmaba todavía más los planes de Floro de reducir la plantilla.

En apenas un mes, el Villarreal ha pasado de contar con una plantilla con 23 futbolistas profesionales, a quedarse en tan sólo 18. Galca (Zaragoza), Aranda (Numancia), Rubén Reyes (Getafe), Javi Gracia y Berruet (Córdoba), junto al lesionado de larga duración Marcos Senna, completan la reestructuración llevada a cabo en enero, mes de las rebajas en el Submarino. Sólo Farinós (Inter de Milán) ha engrosado la nómina profesional del Villarreal, que ha realizado una arriesgada apuesta por la cantera. Las bajas se han suplido con el ascenso al primer equipo de cuatro canteranos con un futuro y una calidad fuera de toda duda, pero con su enorme juventud como elemento de riesgo para un equipo que tendrá que afrontar una dura segunda vuelta con la permanencia en el punto de mira.

La lesión de larga duración de Senna deja abierta una posibilidad para que el Villarreal se refuerce con un nuevo jugador a pesar de que el plazo concluyó ayer a las 20.00 horas. A partir del lunes, el club intensificará las gestiones para firmar un futbolista. Las preferencias se centran en un mediocentro que supla al brasileño con garantía. Roig está dispuesto a invertir el dinero que se ha ahorrado en las fichas de los jugadores que han abandonado la plantilla y, un poco más, con el fin de encontrar un jugador al estilo Farinós.