La legislación futbolística es, con diferencia, la más dura a la hora de tramitar la licencia a un jugador no español. La Federación Española tiene establecido un filtro que prácticamente condena a los extranjeros a jugar en Segunda Regional, además de cortar una posible progresión en su carrera.

Así, los marroquíes, los rumanos... mayores de 23 años deben estar residiendo en España un mínimo de cinco años consecutivos (o 10 alternos) para poder jugar en una categoría que no sea la última (en la Comunidad Valenciana, la Segunda Regional). Teóricamente, si un equipo asciende a Primera Regional, el extranjero no está autorizado a jugar en ella, aunque Mediterráneo ha constatado permisos especiales en este tipo de casos.

En 2ª B, la normativa autoriza a futbolistas comunitarios (miembros de la UE o poseedores de la nacionalidad de uno de estos países), pero no a extranjeros, a no ser que el equipo haya descendido y únicamente mientras le dure el contrato en vigor. En cambio, la mayoría de las otras federaciones deportivas sólo piden el transfer o pase internacional para gestionar la licencia, al margen de si el solicitante tiene los papeles en regla o no.