O el termómetro empieza a superar la barrera de los 0 grados en las próximas horas en Pamplona, o, con toda probabilidad, no habrá partido. Así de tajante se mostró ayer Javier Primo, el encargado del mantenimiento del césped del Sadar. Que el Osasuna-Villarreal de mañana, finalmente, se dispute, tan sólo depende de que se cumplan los partes meteorológicos más optimistas que hablan de un aumento de las temperaturas este fin de semana.

UN CÉSPED DETERIORADO

"La nieve se ha convertido en hielo y si esta capa, de entre ocho y diez centímetros, no desaparece, no se podrá jugar", aseguraba ayer Javier Primo. "Lo veo un poco complicado, pero habrá que esperar hasta última hora", añadía el responsable del campo de Osasuna.

La situación es todavía peor a la vivida el pasado miércoles en el partido de Copa, pues entonces la nieve estaba fresca y podía retirarse con normalidad. En cambio, ahora la situación es bien diferente: "Hay zonas en las que el césped se levantó y, en esos huecos, ahora hay hielo y, si quitamos el hielo, nos llevamos con él el césped", explicaba Primo. "Si dicen que hay que retirar la nieve helada se retira, pero lo veo un poco complicado porque como está helada está unida a la tierra, y así, es muy difícil quitarla", añadía.

"Por eso nos tiene que ayudar muchísimo el tiempo. En caso contrario, es muy complicado quitar esto y que se quede el campo en condiciones. Aunque la quitemos, el campo estará fatal", advertía Primo.