No es Médicis. No financió ni a Rafael, ni a Miguel Ángel ni a Leonardo da Vinci. Pero es el auténtico mecenas del fútbol en Artana. Vicente Vilar, director y gerente de Naranjax, la empresa patrocinadora de uno de los conjuntos que luchan por mantenerse en la Regional Preferente, ha dado un paso más en su altruismo: ha ofrecido al equipo 60.000 euros, 10 millones de las antiguas pesetas, por lograr la permanencia. Un regalo caído del cielo.

Y es que al Artana le ha tocado la lotería con Vilar. El pasado año prometió 30.000 euros si --como sucedió-- se lograba el ascenso para afrontar, por segunda vez en la historia, una temporada en Preferente. Cumplió, y el club se convirtió en un dandi: desplazamientos en autobús de lujo, traje para todos los miembros del equipo, nuevas equipaciones, masajista... "Sólo hay que ver la cara con la que nos miraron Floro y Fernando Roig cuando llegamos a la Ciudad Deportiva para enfrentarnos al Villarreal B", cuenta el meta Raúl.

No quieren hacerse ilusiones. "Sabemos que es difícil, pues necesitamos sumar 12 puntos", dice Javi Sorribes, el eterno técnico --lleva allí ocho campañas--, pese a que la salvación está a un punto. Y aclara: "Es una motivación extra, aunque los futbolistas lo dan todo siempre".

Y es que el Artana es un club atípico. Mantiene la misma plantilla desde hace ocho temporadas, todos sus futbolistas --excepto dos de la vecina Nules-- son del pueblo y, además, muchos son de la Penya La Cresta. Son una piña. Y eso se nota cuando se les pregunta qué harán con el dinero. No saben si se lo repartirán o se irán de viaje, pero sí que habrá "algo especial" para Vicent, Ricardo, Cristóbal y Javier, los lesionados que han pasado por el quirófano. "Aquí nadie cobra, pero no queremos que les cueste dinero jugar", dice Óscar, el pichichi con 13 goles. "Es por orgullo. Tenemos una media de 300 espectadores. El pueblo se ha volcado con el equipo", concluye Sorribes.