Floro tiene decidida la estrategia a emplear para que el Villarreal derrote al Bar§a por primera vez en Liga en el Madrigal, que hoy acojerá a 23.000 almas. Siguiendo con el lenguaje militar, desgraciadamente tan de moda últimamente, y según avanzó ayer el comandante del Submarino, la táctica a seguir se resume en dos conceptos: acoso y derribo.

Para ello, el asturiano ha movido varias de sus piezas y mantenido algunos cambios. Unai sustituirá al sancionado Quique Álvarez, Josico relega al banquillo al hasta hoy intocable Farinós, De Nigris le roba por segunda ocasión consecutiva la titularidad a Palermo, Guayre --que sólo entrenó ayer-- será de la partida y Víctor regresa, de nuevo en la banda izquierda.

El técnico explicó así estas novedades: "Hay otros compañeros que tienen más rimo", señaló en relación al ex del Inter; "necesitamos su profundidad, hasta donde aguante", argumentó sobre la presencia del canario; "ha roto su racha negativa con el gol y trabajo, y entrega nunca le falta", afirmó sobre El Chingu; y "aporta más velocidad física que Palermo", arguyó sobre la apuesta por De Nigris.

El duelo, tanto de estrategas como de ejércitos, será apasionante. A las huestes amarillas sólo les falta completar su dominio territorial con la conquista del gol, mientras las azulgrana, con la llegada del general serbio llamado Radomir, suman 11 batallas sin caer derrotados. Pero no existe el batallón invencible.

"Impondremos un ritmo muy fuerte desde el inicio, en ataque y defensa, sin tiempos muertos", desveló el comandante Floro. "Queremos tener el balón, pero para hacer daño; tocar menos y llegar antes arriba", añadía el ideólogo amarillo.

Antic, mientras, ha tenido que echar mano de reservistas del filial (Nano y Sergio), mantiene la duda de quién acompañará al cabo Xavi --Mendieta o Gerard-- y, eso sí, alineará a sus fuerzas de élite: Riquelme, Saviola y Kluivert. En resumen: un escenario propicio para presenciar una gran batalla deportiva. La única que debería existir.