Morientes, el gran damnificado por la llegada de Ronaldo al Real Madrid, y Portillo, un jugador nacido para el gol, salvaron de la derrota al equipo blanco ante el Rayo Vallecano.

Cuando el Rayo prácticamente cantaba victoria en el Santiago Bernabéu, Morientes y Portillo firmaron tres tantos, dos de cabeza, que acabaron con el sueño del equipo de Gustavo Benítez.

Tal vez más preocupado por el duelo contra el Manchester United, el Real Madrid se olvidó de la importancia del envite ante el Rayo. Y lo pagó caro. Ofreció una actuación lamentable en el primer tiempo y convirtió al penúltimo clasificado de la Liga en un equipo capaz de tutear al campeón de Europa.

El Rayo, con una táctica valiente y una apuesta decidida por el fútbol de ataque, desbordó a los blancos en los diez primeros minutos de partido. Y Luis Cembranos aprovechó para firmar el 1-0 con un lanzamiento de falta.

Guti, que sustituía a Zidane, Ronaldo, Raúl y Roberto Carlos no estuvieron inspirados antes del descanso. Figo fue el único que se salvó de los merengues.

Al Real Madrid, sin embargo, no se le puede dar ninguna facilidad y el Rayo Vallecano fue demasiado generoso. El Moro, en dos ocasiones, y Portillo le dieron la vuelta a la tortilla en un abrir y cerrar de ojos.

El Rayo abandonó el Bernabéu hundido. Rozó la gloria y acabó malherido.