El Villarreal dedicó su triunfo ante el Barcelona (2-0) a Calleja, que ayer perdió a su madre

No se podía pedir más. El Madrigal hasta la bandera. 23.000 aficionados entregados con su equipo. Enfrente un rival con el cartel de grande de Europa, a pesar de que en la Liga deambule por zona de nadie. Y una victoria tan relevante como importante para el objetivo de la permanencia. El Villarreal-Bar§a de ayer tuvo todos los ingredientes de una noche mágica.

Benito Floro pidió a los suyos la máxima entrega para saldar con éxito el paso por Vila-real del equipo que parecía recuperado con Antic. Y no le fallaron. Entrega y además calidad y fútbol, en algunas fases, de muchos quilates que desembocaron en una victoria por 2-0, que, como señaló al final del encuentro el técnico del Villarreal, bien pudo haber sido "8 a 3". Los amarillos cogen oxígeno y una buena dosis de moral para el tramo final de la temporada. La del próximo sábado en Sevilla... será otra historia.

La de ayer fue, por otra parte, una noche también emotiva. Calleja perdió ayer a su ser más querido, su madre, pero quiso estar al lado del equipo. El respetuoso minuto de silencio y la excepcional ovación que se llevó el jugador a su salida al campo fue una muestra del cariño que la afición amarilla siempre ha dispensado al madrileño. Calleja quería dedicarle a su mamá el mejor homenaje. Y lo hizo con un gol. ¿Qué mejor manera?