Para los aficionados más jóvenes --o no tanto-- resulta impensable no asociar el fútbol actual con la publicidad en las camisetas, pero este reclamo es relativamente joven. Hace apenas 30 años, los clubs todavía no habían comenzado a explotar uno de los grandes filones económicos de este deporte. En España, los logotipos comerciales en las camisetas no se empezaron a utilizar hasta inicios de los 80.

LA PRIMERA EXPERIENCIA

Desde luego, mucho ha llovido desde que en el mes de marzo de 1973 los jugadores de un equipo alemán, el Eintracht Brauschweig, aparecieron sobre un terreno de juego con un logo publicitario en su pecho. Una firma de licores, Jägermeister, tuvo el honor de ser la primera empresa en anunciarse en una camiseta. Comparado con los montantes que se manejan en la actualidad, el desembolso que tuvo que efectuar la marca germana fue minúsculo: 160.000 marcos, el equivalente a 70.500 euros (poco más de 11,7 millones de pesetas).

El invento no debió ir nada mal, porque 30 años después las cifras invertidas en las camisetas de los equipos de fútbol europeos se ha multiplicado por 200.

ALEMANIA, A LA CABEZA

Como padres de la iniciativa, los alemanes siguen estando a la cabeza en este tipo de inversión publicitaria. La empresas de este país copan el 27,8% del dinero destinado a publicitación en las camisetas de los clubs. Gran Bretaña (20,6%), Italia (18,5%), Francia (14,4%), Holanda (9,5%) siguen a Alemania en este concepto. España ocupa el sexto puesto, con el 9,3% de inversión publicitaria, un dato chocante si se tiene en cuenta que las estadísticas le dan a la Liga española el primer puesto en el ránking de competiciones que se disputan en Europa.

Pero el negocio de la publicidad en las camisetas todavía no ha alcanzado su techo. La valoración de las elásticas ha subido espectacularmente en los últimos cuatro años, apoyadas por el tirón de las grandes estrellas.

En la temporada 99-2000, el volumen estimado de negocio de una camiseta de un equipo de renombre estaba en torno a los 37 millones de euros (más de 6.000 millones de pesetas). Tres años después, tras unos incrementos notables de ocho y cinco millones de euros en las temporadas 2000-01 y 2001-02, la cifra se ha multiplicado por dos, hasta llegar a los 65 millones de euros (casi 11.000 millones de pesetas). Las empresas saben del filón que supone para sus economías estampar sus marcas en la vestimenta de los Zidane, Beckham...