El Atlético debe ser el equipo español que más trabajo da a la Seguridad Social. No es broma, no. Estadísticamente, y si nos atenemos a las emociones que los rojiblancos ofrecen a sus aficionados, uno de cada 10 colchoneros tendrá algún día problemas de taquicardia.

Por eso, como en la propaganda del chicle, nueve de cada 10 cardiólogos les deben recomendar que cambien de equipo cuando los lunes los seguidores del Atleti colapsan las consultas. Lo de ayer fue más de lo mismo. Seguramente, el Atlético lo hará con buena intención. ¿Para qué se van a gastar el dinero nuestros aficionados en Port Aventura o Warner Bros si aquí les podemos poner la adrenalina a cien?, pensarán los de Luis.

Y así sucedió cuando el desatino inicial rojiblanco fue aprovechado por un Espanyol que, con un gol en la primera mitad y otros dos en la segunda, desquició a los locales y predestinó a su afición a la citada taquicardia.

El intento de remontada de Luis García lo neutralizó Domoraud, pero los goles de Hibic y Aguilera permiten a los rojiblancos seguir pensando en Europa, aunque no contarán con Fernando Torres en las próximas semanas por una rotura de fibras.