1IGUALDAD. Los dos equipos intentaron jugar al fútbol; el balón fue de un campo a otro con cierta alegría, pero faltó profundidad al llegar a las áreas. Belletti, Guayre y Martín Palermo fabricaron en pocos segundos y poco espacio lo que el resto de jugadores no supo.

2LOS PARDILLOS. Tras lo de Sevilla --en la pasada jornada--, se tropezó con la misma piedra. Partido controlado, últimos instantes del primer periodo y regalas un gol a la contra con todo el equipo mal parado. Eso se paga en Primera División y en Primera Regional.

3LA INCOHERENCIA. A pesar de la victoria, todos veíamos que Martín Palermo estaba muy solo. Luego, Benito Floro lo quiso arreglar y lo estropeó más. Muchos delanteros en el terreno de juego y pocos centrocampistas. Los pelotazos llegaron pronto, despreciando el fútbol combinativo, y no se creó ningún peligro en el área del Mallorca.

4EL ´2´ Y EL ´10´. El peligro del Mallorca siempre partió de un hombre, el Caño Ibagaza, el enlace ideal que aporta imaginación y creatividad al equipo balear. Sin Jorge López en el partido, el Villarreal jugó sin un 10. Por su parte, David Cortés demostró lo que debe ser un lateral del fútbol moderno. Los del Villarreal no lo hacen. ¿Por qué no les dejan hacerlo?