El Valencia se despidió de la Liga de Campeones a pesar de ofrecer un recital de juego ante el Inter de Milán, al que dominó desde el principio hasta el final, si bien el equipo de Héctor Cúper contó, una vez más, con un Francesco Toldo inconmensurable que protagonizó paradas antológicas y llevó a su equipo a las semifinales.

El único que quiso jugar al fútbol y lo hizo fue el Valencia pero el Inter fue más italiano que nunca y contó con la alargada figura de Toldo, que una vez más volvió a ejercer de bestia negra de los valencianistas.

DOS GOLES TEMPRANEROS

El Valencia tenía un panorama bastante oscuro antes de empezar, y, aunque a los cuatro minutos se le puso algo peor con un gol de Cristian Vieri, dos minutos después el argentino Pablo Aimar dejaba las cosas como estaban con el tanto del empate. A la conocida facilidad goleadora de Vieri se unió un fallo del central argentino Ayala, que posibilitó que el atacante italiano encarase sólo ante Cañizares y, a pesar de que el meta de Puertollano rechazó en una primera ocasión, el ariete del Inter no falló a la segunda.

Sin embargo, en la siguiente acción ofensiva local, una jugada de habilidad en el área de Aimar sirvió para nivelar de nuevo el choque al cruzar el balón donde el espigado portero transalpino Francesco Toldo no podía llegar.

A partir de aquí, el partido se empezó a desarrollar bajo el guión previsto. El Inter bien pertrechado en su campo a la espera de lanzar algún contraataque y el Valencia al ataque aunque sin descuidar su zona de cobertura.

Las llegadas al área italiana se sucedían, pero Toldo, una vez más, con sus intervenciones de todo tipo impidió al equipo de Mestalla crecer en el marcador, excepto en el minuto 50, cuando Baraja estableció el 2-1. En los siguientes 40 minutos de juego, el Valencia fue incapaz de superar al mejor Toldo.