El Real Madrid aprovechó los tropiezos de sus más inmediatos perseguidores (Real Sociedad y Deportivo) para afianzarse en lo más alto de la clasificación, con cuatro puntos de ventaja a siete jornadas del final. Muchos temían que los pupilos de Vicente del Bosque acusaran ante el Sevilla la resaca de Old Trafford , pero no fue así.

Pese a ello, el equipo que entrena Caparrós hizo sudar mucho a los merengues, gozando de ocasiones para haber empatado el partido, aunque la calidad madridista decidió. Los blancos tomaron posesión del centro del campo desde el primer instante y en esa parcela, con toques en cortos y continuados, hicieron correr mucho a los sevillistas.

Conforme avanzó la primera mitad, el equipo local se quitó el miedo de encima, y Casillas empezó a ver de cerca las camisetas de los de Joaquín Caparrós. El adelantamiento de líneas del Sevilla dejó más espacio al Madrid, que comenzó a combinar sin la asfixiante presión a la que le sometía su rival desde el principio. En una de esas combinaciones, Zidane envió un preciso servicio que Helguera cabeceó desde el área chica al fondo de la red.

El Sevilla no se vino abajo y fue el Madrid quien se volvió más conservador. El repliegue benefició al cuadro local, que avisó con remates de Torrado y Casquero para luego rubricar este dominio con el gol de empate tras el cabezazo de Gallardo.

Las carencias defensivas mostradas por el Madrid en la primera parte se pusieron de manifiesto nada más iniciarse la segunda parte, con un despeje de Helguera que pudo convertirse en el 2-1 y una jugada posterior de Reyes también con mucho peligro.

Pero la calidad de los de Del Bosque, lo que marca las diferencias, está más arriba y, en una jugada aislada, Guti cedió en profundidad sobre Zidane y éste, certero, se la cruzó a Notario y la puso en el fondo de la meta.

Con el marcador a favor, los visitantes vieron el triunfo al alcance y comenzaron a tocar el esférico para agotar físicamente a su rival. Pero el coraje del Sevilla le permitió seguir con vida, sobre todo tras un remate de Alves que acabó en el poste, aunque el 1-3 de Morientes acabó con sus ilusiones locales.