Fernando Morientes aprovechó con precisión matemática la oportunidad que le otorgó Iñaki Sáez y con tres goles reivindicó, como en el Real Madrid, su derecho a luchar por estar en la selección española, que fulminó a Ecuador en los primeros 20 minutos y que luego dio la impresión de no querer hacer más daño a los centroamericanos.

El delantero madridista, el eterno discutido, apenas goza de opciones en su equipo, sufre un largo ostracismo, y por ello, tras un gran Mundial 2002, acabó perdiendo su plaza en el equipo nacional. Ante la avalancha de bajas de delanteros (Raúl González, Diego Tristán y hasta Fernando Torres) Iñaki Sáez quiso volver a ver a Morientes con España y el extremeño no defraudó, porque estuvo donde debía para acabar con el partido con dos goles en el dos minutos (21 y 23).

Ecuador comenzó dormida el encuentro y acabó pagándolo con una contundente derrota.