El Barcelona cerrará la temporada con unas pérdidas históricas de unos 55 millones de euros, además de reconocer un endeudamiento neto en la actualidad de unos 98 millones de euros, según el balance presentado ayer por el presidente interino (hoy dimitirá), Enric Reyna, a la asamblea de compromisarios del club. No obstante, Reyna aseguró que tiene previstas unas medidas para obtener ingresos extraordinarios que permitirían reducir casi a cero el déficit y casi a la mitad la deuda global.

Entre las soluciones, que depositó ante notario para que sean trasladadas al nuevo presidente, el que saldrá de las elecciones de junio, se encuentran el traspaso de algunos jugadores, nuevos ingresos de mercadotecnia y patrocinio, la remodelación de los palcos del Camp Nou, la optimización del patrimonio y la reducción de gastos de la plantilla de fútbol y de las demás secciones.