Castellón dio suerte a la selección española de voleibol, que ayer sumó su segundo triunfo consecutivo en este inicio de la Liga Mundial ante Polonia. Como sucediera el sábado en Valencia, el encuentro estuvo igualado hasta el último set, en el que España se mostró más centrada y logró combatir la fuerte resistencia polaca.

A pesar de que los españoles ya están clasificados de oficio para la fase final de la Liga Mundial que se celebrará el mes de julio en Madrid, el combinado de Paco Hervás se tomó con un alto grado de motivación el partido. Los inicios fueron complicados. Cuando Polonia mantuvo la frescura, sus centímetros se dejaron notar. Los 2,15 de Nowak y los 2,01 de Golas se imponían en los bloqueos. Los rematadores españoles tenían grandes dificultades para encontrar huecos. Así, el primer set se resolvió con un claro 18-25 para los visitantes, bien dirigidos por su estrella Zagumny.

Las tres mangas siguientes tuvieron un denominador común: igualdad y emoción. España tuvo esa dosis necesaria de fortuna en los momentos clave para forzar el quinto y definitivo set. 27-25, 24-26 y 25-23 fueron los parciales que desencadenaron la necesidad de que unos y otros se jugaran la victoria a una sola carta.

Pero en el último parcial España se encontró mucho mejor. Los polacos acusaron el esfuerzo y su condición física se vino abajo. Además, un par de decisiones de la pareja arbitral acabaron por descentrar a Polonia. Zagumny ya estaba más preocupado de protestar airadamente a Zlatarev y a Salonen que en repartir el juego y corregir a sus compañeros. Ahí terminó su resistencia. España, con un Saucedo batallador, un Suela inspirado y un Pascual... bueno, en este caso sobran los calificativos, tomó la ventaja para no soltarla hasta el último punto. El 15-11 daba el segundo triunfo en la Liga Mundial. Ahora, Venezuela y Rusia esperan.