La última expedición del Club Trepa Castellet al McKinley, la cima más elevada de Norteamérica con una altitud de 6.194 metros, ya ha regresado a Castellón con el regustillo amargo de no haber podido completar con el éxito esperado esta aventura. Álex Navarro, Óscar Andújar, Santi Alvarruiz, Darío Bas, Gustavo Juan y Roberto Alamar --con el apoyo del Patronat y la Diputación-- han vuelto a casa con una experiencia positiva a sus espaldas, pero lamentando las adversas condiciones climáticas que les impidieron el ataque final al McKinley cuando ya estaban muy cerquita del objetivo, a unos 5.300 metros más cerca del cielo.

Tras una rápida aproximación a la base de la montaña de Alaska, recorriendo 27 kilómetros de glaciar en tan sólo cuatro días, la ascensión se vio atrapada a 4.300 m de altura por culpa de una fuerte y prolongada tempestad. Tan intensa que se prolongó durante una semana entera.

Los expedicionarios del Club Trepa tuvieron que aguantar temperaturas por debajo de los 35 grados centígrados (-25° dentro de las tiendas) y vientos de más de 60 km/h. Pese a todo, los montañistas pudieron subir hasta el campo avanzado, donde ya no pudieron lanzar el ataque final.