La sombra del Ciudad Murcia hizo acto de presencia en Pontevedra. Ayer, todo estaba previsto para que las directivas del Castellón y del equipo gallego celebraran la tradicional comida de hermandad. Por el lado albinegro, Toni Bonet, Héctor Olaria y Miguel Sanz se disponían a compartir mesa con Saturnino Mirón, presidente del Pontevedra; Ricardo Mirón, vicepresidente; y Rafael Hernanz, director general. Pero cuál fue el asombro cuando, como por arte de magia, apareció por el hotel donde se celebró el almuerzo Enrique Pina, el hombre fuerte del club pimentonero y hermano del presidente del Ciudad de Murcia.

Una llamada telefónica de Pina hizo levantar de la mesa a Ricardo Mirón y Hernanz, que abandonaron el restaurante raptados por el dirigente murciano, y dejaron solo a su presidente junto a la directiva albinegra, que se quedó con un palmo de narices. Las suspicacias, desde ese momento, estaban servidas.

Enrique Pina, que viajó a Galicia para ver a los rivales de su equipo, se hospedó en el Galicia Palace, curiosamente el mismo en el que se alojó el Castellón.