La directiva del Bar§a está decidida a mantener la confianza en Frank Rijkaard, pero la garantía de que el técnico acabará la temporada pase lo que pase ha empezado a perder fuerza. El club intenta mantener la serenidad y se escuda en el pasado para justificar los problemas deportivos. "Pedimos paciencia. Somos conscientes de que todo tiene un límite, pero sólo llevamos seis meses y necesitamos más tiempo", aseguró ayer Joan Laporta.

Pero el holandés está ahora mismo en manos de los resultados. Si persiste la caída en la clasificación, Laporta se planteará lo que, en principio, no desea plantearse: un cambio en el banquillo. La sensación es que el futuro del Bar§a depende sobre todo de la actitud de los jugadores. Y, también, de un ausente. "Con Ronaldinho, el equipo irá hacia arriba", comentó Laporta en

TV-3, que pese a todo mantuvo un mensaje ambicioso. "Pido confianza en el proyecto. Saldremos adelante, seguro. No renunciamos a nada. Aún estamos en disposición de luchar por la Liga y otros títulos", añadió, pese a los 13 puntos de diferencia que tiene el Madrid.

SITUACIÓN DELICADA

La derrota ante el gran rival no ha significado un golpe especialmente duro para el club. "El principal problema es que hemos perdido tres puntos", declaró el presidente. Pero el resultado sí es un motivo más de desgaste para el técnico. "Sé que estoy en una situación delicada", reconoció Rijkaard tras el derbi.

Hay, eso sí, quien utiliza el partido para reforzar la confianza en las posibilidades del equipo. "Me quedo con la segunda parte", destacó el presidente. La goleada en Málaga sí generó una tormenta de dudas y críticas, que ya flotaban en el ambiente a raiz de la derrota en Vila-real. En ambos casos Rijkaard no fue el centro de los reproches que salieron desde el club, aunque sí se han cuestionado algunas de sus decisiones tácticas.

Pero en los dos partidos las quejas y el malestar obedecen más a la conducta de los jugadores, especialmente, en La Rosaleda, donde en algunos casos se habló incluso de "desidia". Precisamente, ese resultado (5-1) fue determinante a la hora de plantear el duelo contra el Real Madrid e hizo que Rijkaard pusiera el freno de mano y renunciara al esquema habitual, una decisión que ayer recibió el beneplácito de Txiki Begiristain. "El planteamiento inicial me parece correcto", aseguró.

El secretario técnico negó que exista cualquier tipo de presión por parte del club en las alineaciones. De hecho, la apuesta de que Rustu jugaría por Valdés, que se atribuyó a una decisión del club, no se concretó.