Entre las claves de la buena trayectoria del C. D. Castellón está el tener una columna vertebral bien armada. Los entrenadores dicen que un buen equipo se construye a partir de un portero, un central, un líder en el centro del campo y un delantero. Oliva, Miguel, Melgar y Marcos Estruch son los pilares de un Castellón que ha rescatado la ilusión de una ciudad y por qué no, también de una provincia, que respira sentimiento albinegro. En lo que se refiere a Marcos, ha encontrado a un profesional honesto como pocos. La gran pena fue que el gandiense jugó la liguilla con el menisco destrozado y muy mermado físicamente. Hoy, a lo mejor, el Castellón estaría en 2ª A.