Un rival difícil y poco taquillero. El bombo teledirigido del sorteo de los octavos de final de la Copa del Rey le dejó al Villarreal, posiblemente, el peor rival posible: el Sevilla. Para añadir más dificultad, el equipo amarillo disputará el partido de ida en casa y el de vuelta en el Sánchez Pizjuán.

Uno de los condicionantes para efectuar los emparejamientos era que no pudieran enfrentarse entre sí equipos que estuvieran disputando competiciones europeas, por lo que el Villarreal evitaba de antemano al Celta, Real Madrid, Barcelona, Valencia y Deportivo. Del resto de posibles rivales, el Sevilla era uno de los que en el club amarillo se quería evitar a toda costa, con tan mala fortuna que el azar lo ha colocado en el camino del Villarreal. El partido de ida, salvo cambios motivados por las necesidades de las televisiones, se disputará el 7 de enero en el Madrigal, mientras que el de vuelta se jugará siete días después.

La nota curiosa de este emparejamiento es que el Villarreal fue el último equipo que disputó un partido de Copa en el Sánchez Pizjuán. De aquello hace ya cinco años y desde entonces el conjunto sevillano no había superado en las temporadas sucesivas ninguna de las dos rondas que se dirimen a partido único en el campo del equipo de inferior categoría. Precisamente, el último enfrentamiento data del 13 de enero de 1999, con ocasión del partido de vuelta entre el Sevilla y el Villarreal (1-3) que significó la consiguiente eliminación en tercera ronda del Sevilla.

El entrenador del Villarreal calificó la eliminatoria como "complicada", tanto por el rival como por el orden de los partidos. "Para nosotros las cosas se complican aún más por jugar a domicilio, pero tenemos que ser optimistas y pensar en nuestra capacidad para eliminar al Sevilla", concluyó.