Incómodo por el efecto de las muchas vacunas que ya le han sido inyectadas (y todavía le esperan algunas más), un poco cansado por la dura promoción (está haciendo más bolos que un triunfito) pero, ante todo, muy ilusionado con su segundo Rally París-Dakar.

José Manuel Pellicer Cervera (16-7-1973, Benicarló) partirá desde París el próximo 1 de enero con el objetivo de repetir (o mejorar) su gran actuación de 2003, cuando acabó en 12ª posición. Él piloto de Mediterráneo es uno de los outsiders (léase, aquéllos que, sin disponer de montura oficial, afrontan la carrera de un modo competitivo y no como una aventura) más destacados del panorama dakariano. Él se marca como meta "acabar entre los 20 primeros", aunque sabe que puede tener un hueco en el top ten.

MUY MOTIVADO Pese a la épica que envuelve a la prueba, Pellicer no olvida cuál es su papel en el desierto. "Para mí no es una ventura; es un competición. Para algo trabajas duro durante todo el año", recuerda el piloto del Team Burn-Profiltek.

Para esta edición, la organización ha diseñado un recorrido "duro, duro, duro" en el que la mayor dificultad radica en "navegar y pilotar a la vez". "Puedo ir rápido 100 kilómetros, pero es aquéllo lo realmente complicado", añade Pellicer.

Eso sí, contara con un inestimable apoyo (además del de su equipo): su nueva Alfer. "Con la moto estoy muy a gusto. Tiene suspensiones muy buenas y es más manejable. Está muy probada y es fiable", concluye el nómada del Maestrat.