1ASOCIADOS. Los amarillos comenzaron jugando muy juntos, monopolizando el balón y teniendo dominada la situación. No hubo gran profundidad, pero sí dos ocasiones falladas de esas de las que luego se recuerdan.

2ENCOGIDOS. Poco a poco, el juego del Villarreal se difuminó, al no tener salida por los costados. Eso propició perdidas de balón cercanas a la portería o balones largos a Anderson, muy solo arriba.

3LA MEJOR FICHA. La que movió Caparrós. A falta de talento y con Hornos estático probó con la movilidad de Carlitos, y acertó. Su entrada y el primer gol le dieron un giro al partido. Fue el inicio de la desaparición de los de Paquito.

4INDEFINICIÓN. A partir de entonces, el partido se acabó y ya no se tuvieron noticias del Villarreal. Ya no se defendió bien, no se supo qué hacer con el balón ni se creó peligro.

5DEMASIADO CÓMODO. Al Sevilla no le hizo falta ni tan siquiera plantear un encuentro rudo, áspero, de fútbol trabado y físico. Simplemente le bastó con esperar su momento, marcó el gol y pudo manejar el partido con relativa facilidad. El Villarreal ya no tuvo ni fe, ni fuerza, ni fútbol que diera esperanza.

6PREOCUPANTE. No solo la cantida de partidos que se pierden, sino cómo se pierden. Ninguno de los últimos rivales que han ganado al Villarreal --Espanyol, Celta, Athletic o Sevilla-- han tenido que realizar grandes partidos. Los amarillos siguen sin dar sensación empaque, ni de tener un estilo de juego.