Al Villarreal le queda muy poco combustible en sus depósitos para el largo camino que le resta todavía por cubrir hasta final de temporada. Veintinueve partidos de Liga (con el de ayer), cuatro de Copa del Rey, seis de la Copa Intertoto y siete de la Copa de la UEFA han agotado la gasolina. O eso o que la Liga no motiva ya a los chicos de Paquito.

Siguiendo con los números, el Villarreal ha disputado hasta el momento 46 encuentros oficiales con una plantilla muy corta de 17 jugadores. Sí, muy limitada en efectivos puesto que el complemento de la cantera se ha quedado sólo para llenar convocatorias. Y no quiero con ello echar nada en cara ni a Benito Floro ni a Paquito. Si los chavales no han disfrutado de más minutos debe ser porque todavía no se encuentran preparados, por su juventud, para la Primera División. De lo contrario no entendería que Paquito no moviera en Pamplona más el banquillo cuando varios de sus hombres estaban totalmente desaparecidos sobre el césped del Sadar, aunque estoy convencido de que Verza y Arzo, por muy inexpertos que puedan ser, no hubieran rendido menos que alguna figura consagrada. Ese es otro de los grandes problemas de un plantel corto: el acomodamiento por la falta de competencia

Son datos objetivos e irrefutables. Sin embargo, esa línea argumental, que tantas veces he expuesto y razonado con cifras, ni justifica ni sostiene por sí sola la pésima imagen, la deficiente actitud y la inexistencia de la motivación necesaria para afrontar con opciones un partido de fútbol. El cansancio no sirve de excusa para defender el rendimiento de hombres como Roger, Battaglia, Venta, Coloccini o Guayre, por nombrar los casos más significativos. Todos ellos han sufrido un desgaste mucho menor esta temporada. La actitud de algún nombre propio de la actual plantilla empieza a ser más que preocupante.

Tampoco quiero pasar por alto que al Villarreal le faltaban ayer cuatro hombres muy importantes en Pamplona, como me recordaba anoche, ante mi visible indignación tras el lamentable espectáculo que ofreció el equipo de Paquito, el consejero delegado, José Manuel Llaneza. No le quito la razón. Si en el Madrid lloran como plañideras la lesión de Ronaldo, también pueden hacer lo mismo en el Villarreal cuando le faltan cuatro hombres importantes. Y también, para el que suscribe, Ballesteros, aunque éste fuera por motivos técnicos.

Y, una vez más, el Villarreal transmitió la imagen de equipo acomodado y con poco carácter. Menos mal que hace siete días se le ganó al Albacete, pues de lo contrario... los nervios se nos comerían a todos.