El futbolista argentino del Atlético, que ayer no jugó un sólo minuto, demostró que no es tan fiero el león como lo pintan. Simeone saltó al césped en el descanso y, de pronto, lanzó un balón sobre un grupo de jóvenes recogepelotas para acabar pasando el intermedio peloteando con ellos. Los chavales alucinaron con el Cholo.