El Playas 03/04, un proyecto al que el presidente, Agustín Poyatos, calificó como "alucinante", acaba la temporada sin haber logrado ningún título --tan sólo la Copa Generalitat--, el único objetivo de un club tan ambicioso como el albiazul. La falta de acierto condenó a un equipo que mereció mejor suerte en una temporada convulsa.

FALTÓ DEFINICIÓN

El arranque del Playas fue espectacular: contó por victorias las seis primeras jornadas de Liga. Era un conjunto poco vistoso, pero un bloque serio y efectivo. Después, el equipo entró en un bache de juego y resultados que superó en el segundo tercio de la temporada. La derrota en la final de la Copa Intercontinental fue un duro varapalo, pero el Playas se repuso. Llegó a la final de la Copa y a la semifinal de la Champions, donde el Interviú ejerció de bestia negra y destrozó los sueños del Playas. Ya El Pozo apuntilló.

El estilo Miki, más currante que preciosista, no llegó a contactar con la grada. El público no disfrutaba con la fórmula Vijusa. El técnico lamentó no tener en un plantilla a un pívot pero, por contra, situaba a Edesio como falso cierre. En el lado positivo, destacan las muy agradables sorpresas de Rafa y Euler.

PROBLEMAS INSTITUCIONALES

La temporada se torció de inicio con el caso Simi. El pívot brasileño acabó jugando en el Perugia, pese a que el club había recurrido a la FIFA. Su sustituto, Tatú, no agradó ni al técnico ni al presidente, que cargó contra él tras la Intercontinental. Además, el traspaso de César Muñoz devino en un litigio legal con el Caja Segovia que aún no se ha cerrado y el Playas fue multado por no acudir a la comida oficial de la 1ª Fase de la UEFA Futsal Cup.

En resumen, una temporada atípica y digna, en la que el Playas mereció mejor suerte para celebrar su 10° aniversario.