No hay currículo deportivo que resista los 30 grados a la sombra si el titular es un maratoniano. El pedigrí de Paul Tergat, comparado con el del resto de los participantes en el maratón olímpico de hoy (17.00 horas), es el del galgo frente a 101 podencos. El keniano es el plusmarquista mundial (2.04.55 horas). Aventaja en un minuto y medio al segundo mejor participante por ránking, el surafricano Gert Thys; en más de dos minutos al campeón del mundo en París, el marroquí Jaouad Gharib; y en dos minutos y medio al mejor español, el subcampeón mundial, Julio Rey.

Pero a partir de los 20 grados de temperatura, el estatus deportivo de cualquier maratoniano se derrite y los pronósticos, más que nunca, se convierten en un juego de lotería. Tergat lo ha ganado casi todo, pero le falta el título olímpico.

ADAPTACIÓN AL CALOR Tergat, como africano, está más habituado al calor que cualquier europeo. Pero eso no es ninguna garantía de éxito. Los tres españoles han realizado entrenamientos de adaptación al calor. Julio Rey ha hecho la última parte de su preparación en Toledo y afirma que su condición es muy buena. Toni Peña bajó de la altitud de Font Romeu al nivel del mar en Mallorca. Y José Ríos dejó su concentración en Navacerrada para entrenar las últimas semanas en Barcelona.

La estadística dice que, en condiciones extremas, los atletas orientales son los favoritos. El maratón femenino fue un festival japonés, con tres atletas entre las siete primeras, entre ellas la ganadora, Mizuki Noguchi.

SUBIDA TERRORÍFICA Tanto Rey como Peña y Ríos coinciden en señalar que el ganador no bajará de 2.10. No sólo por el previsible calor (unos 30 grados a la hora de la salida) sino también por la dureza del circuito, muy irregular, con una subida tendida hasta el kilómetro 27. Y terrorífica de ahí al 29, el punto clave en el que tendrá lugar la selección definitiva.

"Viendo cómo acabaron las mujeres, se te quitan las ganas de correr el maratón", comentaba Chema Martínez, que corrió los 10.000 metros en Atenas. "No, no hemos querido preguntarles por el circuito o el calor, preferimos no saberlo", decía Julio Rey la víspera del maratón más difícil, en el clásico circuito entre la llanura de Marathon y el estadio Panatinaico.