"En Sevilla se ha demostrado que podrían haber jugado todos, porque en estos cinco años la supremacía española ha sido evidente. En tierra batida somos imbatibles y si además jugamos en casa la diferencia es muy grande ante cualquier selección. La verdad es que viendo el tenis por la televisión te corroe algo por dentro y te das cuenta de que tienes como un mono de tenis, pero he disfrutado mucho".