Fernando Roig se ha gastado una fortuna para hacer frente a los infortunios que han dejado mermado al equipo de Pellegrini. El presidente del Villarreal, que sigue haciendo méritos para que el pueblo de Vila-real inaugure una calle o una plaza con su nombre, ha invertido 1,9 millones de euros para traerse a Sorín y, al final, casi cinco millones más para fichar a Lucho Figueroa. Y ya llovía sobre mojado, en cuanto a echar mano de la cartera se refiere.

El Villarreal ha armado un bloque fuerte, sólido y que nunca defrauda a los que aman el fútbol espectáculo. Es la marca de la casa que distingue al Submarino desde los tiempos de Víctor Muñoz y que siguieron al pie de la letra Benito Floro y Paquito. Pellegrini, que tiene en sus manos una de las mejores plantillas de Primera División, continúa con la tradición, aunque de momento sus resultados son los peores de la segunda etapa en la élite. Es cuestión de tiempo. Este equipo, a poco que las desgracias dejen de asediarle, escalará posiciones en breve. Pienso que el mes de enero será clave en la remontada.

Sorín y Figueroa habrán pasado un mínimo tiempo de adaptación a sus nuevos compañeros. Las vacaciones servirán para recuperar a los lesionados y tocados, y Senna, que regresa el 22 de diciembre, reforzará la plantilla tras dos meses de baja. Y, a Battaglia, con el innovador tratamiento del doctor Juan Albors, le quedará poco para su vuelta.

A pesar de que el descenso se encuentra a tan sólo dos puntos, el club ha demostrado su fortaleza y la solidez de su proyecto superando con decoro la larga lista de problemas que se han situado en su camino. Y en la UEFA se ha pasado con brillantez la liguilla, en un grupo con nivel de Liga de Campeones.

En el vestuario se ha formado un núcleo duro con futbolistas entregados a la causa. Es un lujo contar con profesionales de la calidad humana y deportiva de Reina, Arruabarrena, Quique Álvarez, Josico, Calleja, López Vallejo, Guayre, Forlán, Javi Venta, José Mari... A su lado también está germinando otro grupo importante que siente los colores como Arzo, Cazorla, Xisco Nadal o Héctor Font. No me olvido de los argentinos. El compromiso de Gonzalo Rodríguez es indiscutible. Y mención aparte para Román. El mago argentino ha cambiado. Es feliz y se le nota sobre el campo, donde es una estrella que brilla, incluso, más que en su etapa de Boca.

Es un lujo para el Villarreal contar con un jugador como Juan Román Riquelme. La gran pena es que su contrato de cesión concluye en junio. ¿Y después? La elevada nómina del argentino es un problema, pero sé de buena tinta que Román es feliz en Vila-real y hará todo lo posible por quedarse. El amor es mutuo, pues la cabeza de Llaneza ya está dando vueltas para encontrar la fórmula que permita seguir contando con el mago en el futuro. Todo pasa porque el Barcelona ponga de su parte para desprenderse de un futbolista que no entra en los planes de Rijkaard, pero, fundamentalmente, por un nuevo esfuerzo de Roig. Con el refuerzo de Román, y la fábrica de la Ciudad Deportiva que hasta en Serbia valoran, el Villarreal está construyendo un gran equipo con una media de edad muy baja. En la actual plantilla, sólo Peña supera los 30 años.