Es el paraíso, cierto. Se trata de una mansión denominada El león bajo el sol, que el milmillonario Flavio Briatore, entre otras cosas responsable del equipo Renault de F-1, posee en la localidad costera de Malindi, en Kenia. "Yo, la verdad, la prefiero a mi casa de las islas Vírgenes", reconoció el propio playboy. Tiene playa privada, cuatro piscinas, dos casitas con seis habitaciones, 50 personas de servicio y dos cocineros.

Como cada año por estas fechas, Briatore se lleva a sus chicos de promoción a Kenia. Allí, en su posesión --muy cerca posee un inmenso casino--, sus pilotos inician la preparación física cara a la próxima temporada. Y allí llegó, el pasado domingo, el asturiano Fernando Alonso, que el próximo año lucirá el número 5 en el morro de su Renault R25, junto al italiano Giancarlo Fisichella, el piloto que ocupará el próximo año la plaza dejada vacante por Jarno Trulli, despedido, entre otras cosas, "por ser demasiado amigo de Fernando", según palabras del propio Briatore.

Seis horas de trabajo

Hay mucho que hacer. "Por las fotos, parecen vacaciones", explica Alonso, "pero son días de duro entrenamiento, con sesiones de hasta seis horas de preparación física", añade.

Ése es el problema. Se trata de adquirir el tono físico para, una vez recuperado el placer de conducir el nuevo coche --cosa que no sucederá antes del 1 de febrero, pues antes entrenarán con el viejo en Jerez--, pasar a entrenamientos más específicos como los que fortalecen el cuello, la espalda y los antebrazos.

Alonso y Fisio, como conoce todo el mundo a Fisichella en el paddock, están permanentemente acompañados de sus preparadores físicos, especialmente del italiano Edoardo Bendinelli, excampeón italiano de triatlón. Los dos pilotos de Renault realizan sesiones de footing, gimnasio y piscina, además de mezclar partidos de fútbol sala y tenis en su preparación.

"La próxima temporada será muy dura, pues han terminado añadiendo dos grandes premios más al calendario y tendremos que correr 19 en ocho meses, ¡de locos!", indica el asturiano, que acaba de salir de un estado gripal muy molesto.

Alonso regresará a España en Navidad y, después, viajará a Oxford (Inglaterra) para seguir la construcción del nuevo monoplaza, que, con las nuevas especificaciones (menos potencia y aerodinámica, además de neumáticos más duraderos), se convierte en un bólido menos estable. "Será divertido correr con él", ha explicado el francés Frank Montagny, el piloto probador de Renault. "El coche se va en las curvas rápidas y en las frenadas", sostiene.

Alonso, que por exigencias de Renault deberá cambiar sus apariciones en el podio por victorias, sabe que será en el 2005 el centro de todas las miradas, especialmente las del brasileño Carlos Ghosn, el hombre que, tras reflotar Nissan, ha sido premiado por el grupo con la presidencia de Renault. Ghosn apuesta, como su antecesor Patrick Faure, por la F-1, si bien exige ganar, ya que considera que una inversión de esa envergadura solamente puede mantenerse si da sus frutos: no quiere estar por estar en la F-1.