Dos victorias consecutivas en la Liga dejan al Villarreal más cerca de la zona que le corresponde en la clasificación, es decir, de los puestos que dan derecho a competir en Europa la próxima temporada.

Los resultados, a pesar de la plaga de lesiones que se ha cebado esta temporada con los amarillos, vuelven a sonreir. Pellegrini, que aterrizó como un perfecto desconocido, ha demostrado conocimientos para hacerse con el control del vestuario y sacar un buen rendimiento a la plantilla. Suyo es el mérito de que podamos ver al mejor Riquelme desde que llegó a Vila-real; o de la recuperación de Guayre, que pronto volverá a cotizar en el panorama nacional; amén de la consagración de dos jugadores de la cantera como Font y Cazorla, seguidos de cerca por otro grupo de jóvenes de la Ciudad Deportiva con Arzo al frente.

Ayer, jugando a medio gas, el Villarreal pasó por encima del Málaga. Días antes hizo lo propio con el Egaleo griego en la UEFA. Han sido otros dos partidos con la portería de Reina a cero, lo cual demuestra la firmeza defensiva del equipo. Si a ello unimos que Forlán y Figueroa están concluyendo su época de adaptación en el equipo, y que algunos lesionados ya observan la luz al final del túnel, creo que la segunda vuelta se presenta muy interesante para divertirnos en amarillo.

En Castalia, Oliva salvó los muebles de un Castellón que no enamora. Nunca he creído en los llamados refuerzos de invierno, pero este año, si no acierta Fernando, jugar la promoción de ascenso será imposible.