Tal y como está el fútbol actual, obtener dinero por un traspaso es una opción bastante complicado, sobre todo si es un club de Segunda B. Pues bien, el Castellón, en apenas unos días, ha renunciado a ingresar cerca de 400.000 euros (poco más 65 millones de las antiguas pesetas), no por un traspaso, sino por dos. Un dinero que, con total seguridad, permitiría acabar con superávit el actual ejercicio.

Así, la entidad albinegra no ha aceptado, finalmente, los casi 300.000 euros que el Alavés daba por Dealbert, una cantidad que prácticamente igualaba lo estipulado en la cláusula de rescisión del futbolista en el caso de un segunda A. No obstante, el Castellón valoró más lo que perdía deportivamente que lo que ganaba desde el punto de vista económico por la venta del canterano, ya que el primer objetivo sigue siendo no debilitarse para afrontar con garantías la segunda parte del campeonato y, consecuentemente, mantener las opciones de ascenso.

De igual manera, la negativa para traspasar a Oliva al Getafe hay que entenderla en esa firme política de la entidad presidida por Juan Carlos Fabregat y cuyo máximo accionista, Toni Bonet, no ha hecho más que refrendarla. Sobre todo porque, en este caso, la oferta que está encima de la mesa es pobre: 90.000 euros.

EL ALTA Mientras tanto, Fernando Gómez Colomer sigue sopesando y estudiando el mercado de Segunda A. Tiene carta blanca y un cheque con muchos ceros para firmar a un delantero, como así lo explicó Fabregat en la junta general ordinaria de accionistas del pasado viernes.

Así, el Castellón tiene destinada una importante partida de hasta 200.000 euros para esta incorporación, una cantidad que el propio director deportiva estima suficiente para traerse hasta la capital de La Plana a un mirlo blanco que palíe la escasez realizadora que atenaza al equipo.