Marcos Senna acaba de superar su último calvario, el que le ha supuesto estar 60 días sin competir por un extraño dopaje. Después de no haber tenido mucha suerte en su periplo como amarillo, lo único que pide es "jugar".

"Desde que llegué, por unas cosas u otras, no he podido tener una racha positiva. No he podido jugar en un buen número de partidos. Nunca he tenido la suerte de acumular encuentros y espero que, a partir de ahora, sea así", explicó. "Creo que, en el tiempo que he estado aquí, y a pesar de todo, he hecho bien las cosas, por lo que estoy convencido de que, con tiempo, podría hacerlo mejor", añadió.

"Es un buen día para mí porque puedo volver junto con mis compañeros", decía, ayer, el medio brasileño, que pasa página: "Los que me conocen saben que no hice nada malo. Es un tema que prefiero dejar atrás".