Qué lástima. El Villarreal saboreaba su tercera victoria consecutiva a falta de cuatro minutos pero, una vez más, la fortuna no estuvo de su lado. Un gol de rebote de Pacheco, a falta de cuatro minutos, impidió el triunfo en el Carlos Belmonte.

José González, técnico del Albacete, tenía muy bien estudiado al Villarreal, razón por la que apostó por un once con dos jugadores rápidos como Mark González por Momo en el interior zurdo y Rubén Castro en el lugar de Mikel como punta de lanza en el 4-2-3-1 manchego. Pero, a pesar de esta apuesta, los primeros minutos fueron amarillos, pues el Villarreal impuso su fútbol de toque-toque, pisando con relativa facilidad el área local.

UN BORRÓN El partido tenía buena pinta para el Submarino... hasta que la zaga le dio el aguinaldo a Pacheco, quien centró con comodidad desde el fondo para que Pacheco, en área pequeña, abriera el marcador.

La efervescencia por haber cobrado ventaja, antes incluso de merecerlo, casi provoca que el Albacete doblara su ventaja, pero Reina abortó un envenenado remate de Mark González. Y, en ese momento, el Villarreal dijo basta y sacó el rodillo. Forlán tomó el mando de las operaciones y, en sólo tres minutos, marcó un golazo, de vaselina y escorado a la derecha, y dio en bandeja el 1-2 a Guayre. Eso sí es tener capacidad de reacción.

El Villarreal se dejó dominar en la segunda parte, aunque sin padecer agobios porque el Albacete no sabía cómo superar el entramado defensivo amarillo, a pesar de que, ahora sí, el control del esférico correspondía, mayoritariamente, a los hombres de José González, aunque Mikel, en una acción aislada, bien pudo empatar en el minuto 63.

El Albacete empezó a perder la fe en sus posibilidades, pero encontró el aliento suficiente para levantar el ánimo con la expulsión, por doble amonestación, de Arrubarrena, cuando todavía faltaba un cuarto de hora para el pitido final. Ya antes, de nuevo Mikel (¡qué paradón de Reina!) y David Sánchez habían errado una doble ocasión.

Tocaba sufrir, ya que el peligro comenzó a merodear el área del Submarino, al que la suerte, de nuevo, le dio la espalda, ya que un remate lejano de Pacheco golpeó en Quique Álvarez, cambiando totalmente la trayectoria del balón, sin que Reina pudiera hacer nada por evitar el empate. Corría el minuto 86. Y pudo ser peor, porque Buades estrelló el balón en el poste.